Sin paritaria nacional docente y con la estrategia de dilatar la negociación hasta ofrecer como “último esfuerzo” la referencia nacional del 17%, el gobierno de Mendoza ofreció a los trabajadores de la educación un aumento de 10% desde febrero y 6% a partir de julio, no acumulable. Insólito operativo de seguridad en las inmediaciones de la Subsecretaría de Trabajo.

Fotos: Coco Yañez

Ulpiano Suárez, miembro paritario y vocero del Ejecutivo.

La farsa

El gobierno se plantó hace rato, en consonancia con el mandato nacional que techó los aumentos salariales: 17%. Por eso no sorprendió que en la paritaria de ayer llevara una propuesta superadora a la ofrecida el lunes (10% desde febrero, 5% a partir de julio). Y la farsa dijo presente: la mejora ofrecida fue sumar 1% desde julio, es decir, 10% de aumento en febrero y 6% a partir de julio (no acumulable, es decir, un 6% calculado en base al salario actual). Un galimatías que no encuentra la forma de disfrazar su insuficiencia.

A fuerza de un carpetazo, Cornejo logró en diciembre que los no profesionales de la salud aceptaran el techo de 10 más 7, y cantó victoria esta semana con los profesionales de AMPROS y un sector de la administración pública representado por ATE y UPCN.

Alejandro Jofré (Subsecretario de Trabajo) junto a Suárez.

Parece “de cajón” que el viernes a las 15 horas, cuando se reanude la paritaria con los trabajadores de la educación, el gobierno presente su fórmula del 10 más 7 como “última propuesta y máximo esfuerzo”, antes de reeditar un decretazo, como el que ya confirmó ayer mismo para los trabajadores de juegos y casinos, quienes rechazaron la ecuación inamovible del ministerio de hacienda. “No podemos ser cómplices de este gobierno y aceptar un 17% mentiroso, porque al ser en dos cuotas y no acumulativo es del 13,5%”, manifestó públicamente Martín Cain, dirigente de la Unión Personal de Juegos y Casino de Mendoza, después de escuchar la última oferta y el portazo oficial.

Celadores y docentes se manifestaron en las inmediaciones de la Subsecretaría de Trabajo, con pocas esperanzas en el ofrecimiento salarial del gobierno.

El SUTE rechazó la propuesta de plano por considerarla insuficiente. Los argumentos esgrimidos son innegables: los aumentos producidos y anunciados en la canasta básica de cualquier trabajador superan con creces el porcentaje de incremento salarial ofertado. Consideran que la propuesta es a la baja en su capacidad adquisitiva, y esta vez no parecen dispuestos a sufrir el castigo sobre su bolsillo, como ya ocurrió el año pasado. “Existe un escenario de no inicio de las clases”, advirtió Adrián Mateluna, secretario general del gremio.

Infantes al acecho

En la edición de ayer, decíamos que la violencia es la característica que atraviesa la gestión de Alfredo Cornejo como gobernador de Mendoza. En esta etapa de paritarias, esa violencia se expresa en el discurso de Jaime Correas, que informa a los trabajadores y trabajadoras de la educación que “estamos repartiendo pobreza”, mientras el ingeniero del ajuste en Mendoza, Martín Kerchner Tomba, obtiene un salariazo.

Este carácter violento y autoritario que lleva al gobierno de Cornejo a definir como enemigos a los trabajadores, se materializa también en el despliegue de fuerzas de seguridad ante cada encuentro con los laburantes.

Mientras se desarrollaba el diálogo paritario pacífico con los maestros, EL OTRO pudo comprobar a unos metros de la Subsecretaría de Trabajo cómo un carro de asalto de Infantería se mantenía alerta para prevenir, contener o eventualmente reprimir vaya a saber qué atentado a la seguridad pública.

Ante la consulta de un cronista de este medio sobre los motivos de la guardia, el señalado como jefe le solicitó inexplicablemente una credencial de prensa que lo autorice a documentar los hechos en la vía pública y lo “invitó” a no continuar filmando. Un dato más que ratifica como falaz el discurso republicano del prorradicalismo.