En la sede de La Bancaria, Acercándonos Ediciones presentó el lunes pasado el libro “No nos pudieron”, que recopila el testimonio en primera persona de ocho ex presos políticos de Mendoza durante la última dictadura. Con la intención de “que no se pierda nada de lo que pueda ser útil a la memoria histórica de nuestro pueblo”, los relatos destacan “la solidaridad, la unión y el humor” como herramientas indispensables para sobrevivir a los peores vejámenes.

Por Redacción EL OTRO | Fotos: Coco Yañez

Luis Gabriel Ocaña, Guido Actis y Pedro Torres.

Las vivencias narradas por los ocho ex presos políticos Avelino Domínguez, Guido Actis, Luis Ocaña, Ricardo D’Amico Fornes, Reynaldo Puebla, Daniel Pina, Daniel Ubertone y el diseño gráfico digital de Pedro Torres, confluyeron en la publicación de No nos pudieron, que fue presentado el lunes pasado en la sede de La Bancaria con la participación de sus autores, acompañados por Horacio Ravera (secretario general del Sindicato de Artes Gráficas de Mendoza), Viviana Beigel (abogada querellante en los juicios de lesa humanidad), y Sergio Giménez (secretario general de La Bancaria).

Con la edición de Acercándonos y la colaboración del Sindicato de Artes Gráficas de Mendoza y el sindicato de los trabajadores del sector financiero, el libro reúne “el relato de lo que nos tocó vivir, para que se conozca en la voz de los propios protagonistas, parte de la historia de los presos políticos de la cárcel de Mendoza”. Su subtítulo, Resistencia con humor en la cárcel de la dictadura, revela los ejes centrales y buena parte de su tono narrativo.

Horacio Ravera introdujo la presentación y destacó que el libro “está en la línea con nuestra conciencia. Somos de la línea de no olvidamos, no perdonamos. Nos acerca con un relato más humanizado y menos cruel a lo que sufrieron nuestros compañeros en las cárceles de la dictadura. Celebro la publicación porque contiene una visión que todavía no conocíamos, que es esta visión desde el humor, para no olvidar y no perdonar”.

Por su parte, Viviana Beigel subrayó que “el libro nos permite recuperar las historias de los presos y las presas políticas en la provincia de Mendoza y tiene un título muy potente: ‘No nos pudieron’ alude a la resistencia en su máxima expresión, la resistencia que hubo en todas las cárceles de la dictadura y que reflejaron todas las presas y presos políticos de todo el país, donde las convicciones nunca se dejaron de lado”.

Sergio Giménez aprovechó para recordar a los ocho trabajadores bancarios desaparecidos durante la dictadura y reconoció haberse conmovido en varios pasajes del libro, al punto de aseverarles a los autores que su título “ya no les corresponde, ya no les pertenece, y es de todos: no nos pudieron”.

El turno de los autores fue inaugurado por Daniel Ubertone –secuestrado en julio de 1976 y que pasó por el D2, la Penitenciaría de Mendoza, Sierra Chica, la U9 de La Plata y las cárceles de Caseros, Rawson hasta conseguir la libertad en diciembre de 1.983- quien realizó las 60 ilustraciones que aparecen en el libro y mediante un “collage digital” describió la “estética del horror” del D2 y la Penitenciaria provincial.

Inmediatamente, Ricardo D’Amico, recordó que “la idea embrionaria de esta locura parte del deseo de hacer una película sobre lo vivido en la cárcel junto a estos siete compañeros. Alguien me hizo entrar en razones y me explicó que primero había que escribir la historia, entonces empecé a escribir como podía, hace unos siete años. Me aplaudieron uno a uno mis compañeros a quienes les compartí mis primeros borradores. Se fueron sumando entusiasmados y la idea fue cobrando forma de libro. El sentido que inspiró toda la narración fue el de destacar la enorme capacidad que tuvimos de transformar la reclusión, la tortura, los vejámenes y la humillación a la que nos sometían los milicos, en resistencia con dignidad, ejercida con profunda solidaridad, esperanza y altas dosis de humor. Vivimos situaciones límite en la cárcel de Mendoza y lo que nos salvó de la locura y la degradación que buscaban los militares fue la empatía, el humor, el compañerismo y la integridad coherente con nuestras respectivas militancias”.

Avelino Domínguez aseveró que “este libro pertenece al presente porque lo hemos hecho pensando en el futuro. Esto es para las futuras generaciones, porque las élites oligárquicas que fueron capaces de concebir la más terrible de las dictaduras que se haya conocido, hoy están al acecho y conservan gran parte de su poder intacto”.

Mientras que Reynaldo Puebla, quien reside en Brasil desde que recuperó su libertad, leyó en su calidad de director teatral un pasaje del relato que escribió: Teatro en los patios, donde narra las representaciones de la radionovela del mes con los versos del héroe Hormiga Negra, “que duraban quince minutos, pero que eran quince minutos de sueño” y donde mantenían confundidos a los guardias con las más profundas discusiones políticas.

Daniel Pina, médico especialista en Terapia Intensiva que reside en Buenos Aires y actualmente se desempeña como jefe de esa área en el Hospital César Milstein y en el Sanatorio Franchín, infirió que “posiblemente, la contradicción primordial que motiva la conducta de los seres humanos, sea la que existe entre el miedo y el deseo. El deseo está en lo más profundo de nuestros instintos y el miedo modula al deseo, se modulan mutuamente. La dictadura pretendió a través del terror, de la represión, que el miedo en nosotros creciera tanto que lograra aplastar el deseo. Pero indudablemente no contaban con herramientas que tenemos los seres humanos que son fundamentales para vencer el miedo: el amor y el humor. Esas fueron nuestras armas para luchar detrás de las filas del enemigo”. Para reflexionar luego: “uno puede elegir, la vida puede ocurrir o puede ser ejercida. Nosotros decidimos ejercer la vida, ejercimos la lucha y la seguimos ejerciendo. Porque mantener viva la memoria es seguir luchando. La memoria es ese maravilloso componente atemporal en donde cada vez que evocamos un recuerdo, lo hacemos presente. Esto que estamos haciendo es militancia, es hacer recuerdos presentes”.

Quien se encargó de la edición digital e impresa fue Pedro Fatiga Torres, quien dijo sentirse conmovido por el trabajo colectivo y aportó que la iniciativa editorial fue declarada de interés provincial por la Legislatura de Mendoza a partir de un proyecto presentado por el diputado Marcelo Aparicio, anunció que la Dirección General de Escuelas solicitó el libro para su plan de lectura y anticipó que ya están pensando en el segundo tomo de la producción, con otros relatos de compañeros y compañeras.

Por último, Luis Pelado Ocaña, rivadaviense que fue secuestrado y trasladado en el D2 y pasó por varias prisiones hasta su exilio en Francia, realizó un homenaje a quienes ya no están al aseverar que “los espacios que hay en blanco entre capítulo y capítulo, entre renglón y renglón, son para que depositen en ellos la palabra de todos aquellos a los que le quitaron la posibilidad de hablar. Son treinta mil y ellos están acá, en estas páginas. Este libro es un canto a la esperanza, que quiere ser una leñita más que encienda la hoguera y que se pueda incinerar en ella el odio, el egoísmo, la maldad, la crueldad y, sobre todo, la violencia ejercida por quien tiene el poder sobre el otro”.

 

El libro puede adquirirse aquí en formato e-book.

 

 

“Nunca más al discurso de odio”