En el año 2020, el Área de Género y Diversidad Sexual de Xumek creó el Observatorio de Femicidios, Travesticidios y Transfemicidios que, además de generar una base de datos vinculada a estas temáticas tanto en el plano nacional como provincial, tiene como objetivo visibilizar y denunciar la inexistencia de políticas públicas eficaces para prevenir estos crímenes y garantizar a las mujeres y colectivos travesti-trans sus derechos humanos básicos. El Observatorio está integrado por seis mujeres con formaciones académicas diversas, que conforman un equipo interdisciplinario. Los últimos datos recabados muestran que en Mendoza, de enero a julio, se registraron 9 femicidios  y, de enero hasta el 4 de agosto, 4 transfemicidios sociales y 9 travesticidios y transfemicidios por odio.

Por Milagritos Contreras | Fotos: Coco Yañez

Este Observatorio nació en el 2020 y en la actualidad está compuesto por seis personas: Valentina Lara, estudiante de Abogacía; Fernanda Agüero, trabajadora social; Leila Bertero, socióloga; Paula Valero, psicóloga; Agostina Arias, estudiante de Abogacía, y Belén Godoy, comunicadora social. El objetivo principal es generar una base de datos sobre femicidios, travesticidios y transfemicidios en Mendoza y en Argentina.

Valentina Lara, integrante del Área de Género y Diversidad Sexual de Xumek desde el año 2018, le comenta a EL OTRO sobre los inicios del proyecto: “En el año 2020 nos dimos cuenta, dentro de las actividades que íbamos realizando, que era interesante elaborar un observatorio de femicidios, travesticidios y transfemicidios, para poder contar con nuestros propios datos y registros, analizarlos cualitativa y cuantitativamente, y después tratar de incidir en algunas políticas públicas o remarcar la gravedad de la situación a nivel sociocultural”

Valentina Lara.

“El grupo surge –asegura la estudiante de Derecho- como una propuesta interna y horizontal. El año pasado empezamos el trabajo con mi compañera Fernanda Agüero, con quien nos dividimos tareas para enfocarnos obviamente en Mendoza, sobre la base del relevamiento de Xumek acerca de la situación de los derechos humanos en la provincia. Pero también optamos por recabar los datos a nivel nacional para poder realizar, al mismo tiempo, un análisis un poco más amplio que nos quede como registro”.

Fernanda Agüero, otra de las impulsoras de esta iniciativa relata a este diario lo importante que es el trabajo en equipo: “Este año tuvimos una amplia capacidad de sumar gente. Gracias a la incorporación de nuevas pasantes, se pudo conformar un equipo interdisciplinario enfocado en distintos puntos que nos permitieron hacer un análisis más amplio”.

Fernanda Agüero

En nuestra provincia, de enero a julio se registraron 9 femicidios, y de enero al 4 de agosto se reportaron 4 transfemicidios sociales y 9 travesticidios y transfemicidios por odio, de acuerdo a lo aportado por el Observatorio.

Belén Godoy, co-referenta del Área de Género y Diversidad Sexual de Xumek le explica a EL OTRO cuáles son las fuentes que utilizan a la hora de investigar: “Al momento de recolectar datos nos basamos en diarios digitales locales, regionales y nacionales. Es un trabajo de hormiga el ir buscando en cada rincón de la Argentina un femicidio, un travesticidio, un transfemicidio. Gracias a que el equipo se agrandó nos pudimos dividir las tareas”.

Belén Godoy.

Godoy agrega que “uno de nuestros objetivos generales es poder generar una base de datos que salga desde la provincia, porque existen otros observatorios a nivel nacional pero este es el primero a nivel local que publica estadísticas semestralmente”.

“Estos datos –continúa Belén-  se dan a conocer en el informe anual de Xumek. Entonces nuestro recorte es desde octubre del 2020 hasta septiembre del 2021, para poder englobar todo el ciclo del informe. Además de los datos que publicamos semestralmente, nuestro propósito es visibilizar las cifras y las características principales de los femicidios, travesticidios y transfemicidios, porque algo que observamos en esta sistematización de datos fue que la policía tenía mucha incidencia en estos crímenes, es decir que está involucrada. En esto surge la frase ‘la policía no nos cuida’, ya que a veces terminamos asesinadas por ellos mismos. Es un dato importante que vamos a analizar este año”.

María Victoria Priolo.

Los transfemicidios sociales hacen referencia a la vulneración de derechos esenciales. Es decir, las acciones o inacciones sociales y políticas que llevan a personas trans, desde su niñez, a vivir situaciones de discriminación, estigmatización y aislamiento que finalizan en una muerte que puede ser evitada, explican desde el Observatorio.

Por su parte, María Victoria Priolo, otras de las referentas de Xumek, manifestó a este medio su inquietud sobre la actuación del Estado provincial en cuanto a implementación de políticas públicas que mínimamente prevengan estas violencias: “El presupuesto es la forma en que se gobierna porque es donde se destinan recursos y lo que se va a hacer con ellos. Para analizar si un presupuesto cuenta con perspectiva de género hay que ver cuánto se va a destinar para financiar esas políticas públicas, y cuáles son los gastos exclusivos en función de géneros. Claramente, 38 pesos para erradicar, concientizar, o para implementar políticas públicas en pos de reducir la violencia de género en Mendoza es realmente insuficiente. Si existe un discurso en función de eso, verdaderamente este presupuesto no refleja una igualdad en cuanto a derechos, ni tampoco da respuesta a todos los reclamos que venimos haciendo desde los sectores sociales, no solo desde las asociaciones civiles sino también cuando nos organizamos, salimos a las calles y pedimos por nosotras, por nuestras vidas, cuando nos damos cuenta que hay un Estado que es responsable y está ausente en determinadas políticas públicas”.

En el mismo sentido, Valentina Lara denuncia que “es una decisión deliberada, no es inocente presupuestar 38 pesos anuales para mujeres y diversidades. Eso nos permite ser conscientes de dónde estamos paradas en este momento, para ver cuál es el camino a recorrer. Porque la lucha viene desde hace mucho, pero también continúa”.

Según los últimos datos del censo nacional realizado en el año 2010 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en Argentina la esperanza de vida de las personas cis es de 75 años. Pero cuando hablamos de las personas trans y travesti, su promedio de vida es de 35 años, de acuerdo con el informe La Revolución de las Mariposas del 2016. “A partir del análisis realizado se observa que a pesar de tener una ley pionera como es la Ley de Identidad de Género, funcionarixs judiciales y personal policial, incumplen constantemente los derechos establecidos por la normativa, siendo de suma importancia y urgencia la necesidad de una formación y capacitación de agentes penitenciarios, personal policial y judicial con perspectiva de género y diversidad”, advierten las investigadoras.

Qué importante resulta cumplir con normas como la Ley Micaela 27.499, para capacitar a cada institución e ir camino a la prevención, sanción y erradicación de la violencia de género. Porque al momento que va una mujer o una disidencia a realizar una denuncia por violencia de género, muchas veces suelen revictimizarlas. Es decir, el círculo de violencia continúa al presentar una denuncia, cuando se constatan lesiones, en el acceso a la Justicia, ni qué decir de la gran influencia de los medios hegemónicos para generar discursos machistas y de odio.

Las especialistas además sostienen que “claramente la pandemia agravó aún más toda la situación, porque cuando nos encontrábamos en la instancia del ASPO (aislamiento social, preventivo y obligatorio), las víctimas o las mujeres que eran violentadas se veían obligadas a convivir con sus agresores en la misma casa o en el mismo espacio físico. Ni la violencia machista ni los femicidios bajaron, sino que muy por el contrario se mantuvieron y hasta aumentaron. La pandemia aparte de dejar a las personas con sus agresores, también las excluye de su red de contención, aislándolas. Con este Observatorio nosotras también queremos visibilizar que, justamente, con la pandemia no se salvan y queremos incidir para que se generen políticas públicas que efectivamente produzcan algún cambio”.

“Tenemos en Mendoza algunas casas de refugio, pero claro está que en esas no entran todas las mujeres que sufren violencia de género, entonces ahí se refleja lo poco que es el presupuesto provincial para luchar contra estas violencias”, resaltaron desde el Observatorio.

Con miras a posicionarse en un futuro como una referencia a nivel local, las especialistas remarcaron el trabajo sostenido y organizado para cumplir con los objetivos propuestos: “Con el tiempo el Observatorio se ha ido complejizando cada vez más. La interdisciplinariedad nos generó tener diferentes miradas para abordar las situaciones e incluso, tal vez, hacia una institucionalización del observatorio. Es un proceso lento porque empezó con dos de nuestras compañeras, porque es mucha información a recabar y hay que dedicarle muchísimo tiempo para que esos datos puedan salir a la luz. Seguiremos en función de que se incorporen más personas y hasta nuevas miradas, para poder incidir realmente en políticas y lograr una disminución de estas situaciones de violencia”.

 

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