Cornejo recurrió nuevamente a un discurso egocentrista, sin autocrítica, agresivo y basado en el “orden” como su logro fundamental. En la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura, el gobernador de Mendoza interrumpió en diez oportunidades su lectura para pedir que escucharan el resumen alabancioso de “mi gestión”. Sordo a los reclamos sociales, y sin hacerse cargo de la nefasta política económica de su gobierno nacional, el mandatario abundó en descripciones de la “pesada herencia” y eludió referirse a los más de 55 mil millones de pesos de deuda que entregará a su sucesor.

Cobertura fotográfica especial de Coco Yañez, Seba Heras y Cristian Martínez

Foto: Coco Yañez

Un bodrio. Esa podría ser una clara síntesis descriptiva de las más de dos horas de discurso que ofreció el gobernador de Mendoza este primero de mayo, ante la Asamblea Legislativa. Basta con observar los rostros de los políticos oficialistas y de la oposición, e invitados especiales, para coincidir con esta apreciación subjetiva.

Alfredo Cornejo leyó una aburridísima pieza discursiva que bien podría encuadrarse en los lineamientos conservadores, pero no de este siglo, sino del XIX. Orden y progreso, paz y administración, fueron los lemas que atravesaron la larga alocución dentro del Poder Legislativo, mientras afuera se desplegaron más vallas y policías que público, y un puñado de manifestantes contra el fracking.

Foto: Cristian Martínez

 

Foto: Seba Heras

Escuchá, escuchá…

Indudablemente, si hay algo que no le falta al gobernador es autoestima. Su despliegue narcisista, plagado de autorreferencias y de elevada ponderación de “mi gestión”, fue acompañado por diatribas hacia las y los opositores sociales, políticos, culturales y económicos, a quienes no dudó en calificar de “simplones”, “charlatanes” y “populistas”, entre otras simplificaciones.

Foto: Coco Yañez

 

Alejandro Bermejo (intendente de Maipú) y Anabel Fernández Sagasti (senadora nacional). Foto: Coco Yañez

“Escúchenme a mí”, fue el llamado de atención permanente que realizó un gobernante que, a pocos meses de concluir su mandato, se caracterizó por desoír las disidencias y reclamos legítimos y cerrar cualquier posibilidad de diálogo. “Escuchen”, reclamó insistentemente, quien parece no haber tomado nota de la paliza electoral que recibió su coalición política de gobierno en las PASO departamentales del último domingo.

En diez oportunidades Cornejo les pidió a los legisladores que oyeran sus grandes logros. “Yo, el mejor de todos, vengo a cantar la justa que los necios pretenden ignorar”, pareció puntualizar en cada interrupción para captar la atención del público adusto, y forzar los tibios aplausos de los diputados y senadores oficialistas.

Pero qué capo que soy

Foto: Coco Yañez

El gobernador enumeró sus logros en seguridad y justicia, salud y desarrollo social, educación, finanzas públicas, economía, servicios públicos, medio ambiente y cultura: más policías, más móviles, más balas y chalecos antibalas, combustibles más baratos para las patrullas, más presos en las cárceles, más celdas, menos delito, respeto de los derechos humanos de los detenidos, juicio por jurados, ley de extinción de dominio, cambios en los códigos procesales, código contravencional, etc.

Cornejo se refirió en varias oportunidades a “ejemplos concretos que se pueden registrar, que se pueden ver, que se pueden tocar”, como la construcción de ocho centros de salud, aumento de la infraestructura hospitalaria, once refugios para mujeres violentadas, 7200 viviendas. Ítem aula, 180 días de clases efectivos, mantenimiento y reparación de escuelas. Baja de impuestos, achicamiento del Estado, reducción de trabajadores públicos, pago de deudas a proveedores, superávit corriente, impulso a la vitivinicultura y la explotación petrolera, además del “exitoso” Mendotran.

Julio Cobos (senador nacional).

El único anuncio que realizó el mandatario fue el envío a la Legislatura de un proyecto de ley para combatir “el robo y la venta de ruedas, llantas, neumáticos y autopartes de automotores que a diario sufren decenas de mendocinos” (sic).

Si te he visto no me acuerdo

Foto: Coco Yañez

Una vez más, el jefe del Ejecutivo ninguneó en su discurso a las mujeres y sexualidades disidentes, a los niños, niñas y adolescentes, a los/as ancianos/as, a las y los trabajadores ocupados y desocupados.

Incluso se mostró a la defensiva ante las militantes feministas que, según él, lo acusan de cada femicidio que se produce en la provincia. “Se crearon 11 refugios para el abordaje de la violencia de género”, dijo como única respuesta a los reclamos, ignorando el resto de las demandas históricas que el movimiento de mujeres le ha transmitido en numerosas y multitudinarias movilizaciones.

Foto: Coco Yañez

Cornejo gambeteó en su oratoria a los grandes temas que desesperan a la gente, como la inflación, los tarifazos en los pésimos servicios públicos, el crecimiento de la desocupación, el hambre y la pobreza, la pérdida del poder adquisitivo del salario, el cierre de empresas y la crisis de los pequeños y medianos productores agropecuarios.

“El impacto de la suba del dólar está haciendo estragos en nuestra obra social”, dijo en uno de los fragmentos del discurso. “Claro que no nos gusta la situación económica del país”, señaló en otro. Pero siempre como un observador y no como el responsable de la alianza que gobierna el país.

Mario Abed (intendente de Junín) y Rodolfo Suárez (intendente de Capital) Foto: Coco Yañez

Sin mencionarlo, culpó a Macri de la crisis social de la Argentina, pero se autoexculpó por la “imposibilidad que tienen las provincias de manejar las variables macroeconómicas”.

¿Qué deuda?

El desapego repentino y electoralista de Cornejo respecto de Macri, no implica diferencias significativas en cuanto a la política económica de ambos. Fieles a los lineamientos neoliberales del FMI, llevan adelante sin claudicaciones el recetario de medidas con eje fundamental en el endeudamiento.

En diferentes momentos de su discurso, el gobernador mendocino insistió con vehemencia sobre el desendeudamiento de la provincia. Se refirió al pago de deudas millonarias heredadas en las distintas áreas del Estado, aunque nada mencionó sobre la toma de créditos durante los últimos tres años.

 

Martín Kerchner (Ministro de Economía) Foto: Coco Yañez

 

El gobernador Cornejo y la vicegobernadora Laura Montero. Foto: Coco Yañez.

Cuando asumió la gobernación, en diciembre de 2015, la provincia tenía una deuda cercana a los 14.600 millones de pesos. Cornejo la elevó drásticamente a 48.000 millones, en diciembre de 2018, y se estima que hoy ronda el equivalente a 55.000 millones de pesos. Casi el 60% en dólares, por lo que se acrecienta su pago en pesos con cada ascenso de la moneda extranjera.

“Quiero que se me juzgue por lo hecho desde la Provincia que recibí; pero también por la que voy a entregar a quien me suceda a fin de año, fruto de la voluntad popular”, dijo Alfredo Cornejo al comienzo de su discurso. “He cumplido”, fue su final autoaprobatorio, minutos antes de derramar una lágrima, demostrando que nuestro superhombre es efectivamente un mortal más.