La productora Liberar Contenidos continúa creciendo en el camino de la realización audiovisual y, con la excusa de algunos avances importantes en uno de sus proyectos más grandes, EL OTRO entrevistó a Belén Faiozzo y Rodrigo Sepúlveda para entender por qué la industria debe seguir desarrollándose en la provincia de Mendoza.
Fotos: Cristian Martínez |Texto: Luciano Viard
En el primer mes de este año Nicolás Puenzo visitó Mendoza con anfitriones de lujo. Rodrigo y Belén lo acompañaron, junto al productor chileno Rafael Castillo, al pico más alto de América para pensar cómo contar una ficción en el Aconcagua.
Este importante momento de la producción de una película suele ser anónimo para la mayoría de las personas que noche a noche encienden su pantalla y, luego de las letras rojas sobre fondo negro, ven una serie o un film en sus casas. En este caso puntual el scouting de locaciones cobra un valor simbólico especial, que tiene que ver con el afianzamiento de una industria con un potencial histórico que podría explotar en la próxima década si los planetas y las financiaciones se alinean.
Aprovechando la oportunidad, EL OTRO se sentó frente a la productora para indagar la actualidad del sector y conocer detalles de la producción que, si todo sale más o menos bien, será un hito del audiovisual mendocino.
Por estos días están detrás de una producción bastante particular…
Rodrigo Sepúlveda: Sí, es una coproducción entre Liberar contenidos (Belén Faiozzo y yo) y la productora chilena Invercine, que es de los hermanos Matías y Macarena Cardone.
La asociación surge para desarrollar el proyecto de la película sobre el Aconcagua. Ellos ponen una parte, nosotros otra y vamos a ir a buscar el financiamiento para filmar.
Acabamos de anunciar que el director, Nicolás Puenzo, y un miembro de la productora, Rafael Castillo, vinieron a realizar una expedición al Aconcagua y estuvimos buscando locaciones, porque hasta acá todo el trabajo había sido por fotos y videos que les habíamos enviado.
Este cerro de altura tiene sus complicaciones y sus especificidades y por eso era necesario que lo pudiéramos ver in situ y que el director y los productores observaran cómo son las condiciones del lugar.
¿De qué trata la película?
R.S: Es una ficción que tiene a un protagonista que está pasando por una etapa complicada de la vida y, junto a un hermano andinista, sube al Aconcagua para exorcizar algunas cosas del pasado. Desde ahí se desarrolla la historia en la cordillera.
Belén Faiozzo: Con un rescate en el medio y un poco de acción también.
¿Habían hecho un largo de ficción antes?
R.S: Yo no. Beli sí.
B.F: Yo estuve en Bu y Bu y en la producción de Las Viajadas de manera independiente.
Y ahora, incorporando a esta sociedad a la gente de Chile y de Buenos Aires, así que estamos muy contentos teniendo en cuenta este aspecto de la asociatividad que es tan importante en el audiovisual para que los proyectos lleguen a realizarse.
Más allá de esto, otra cuestión importante de esta peli, es que la pensamos desde el comienzo para plataformas. Rodrigo viene laburando en el guión desde hace cinco años.
Hace tres años que empezamos a armar el proyecto, con presupuestos, y darle forma, acompañados en la dirección por Aldo Yebra durante el desarrollo. Participamos el año pasado del concurso Raymundo Gleyzer del Instituto de Cine, que estuvo muy interesante, y ahora se nos abrió esta posibilidad con estas personas de Chile.
Estamos muy contentos, también, de contar con la dirección de Nicolás, sumado al apoyo de Esteban Garelli, junto a Rodrigo en el guión, en esta etapa que se abre para empezar a conseguir los fondos para que la peli se haga.
¿Cómo se bancan estos proyectos de largo aliento?
R.S: Me parece que tiene que ver con la convicción de que querés hacer algo y llevarlo adelante. Belén es una mujer de fuertes convicciones que le da para adelante y generalmente coincidimos en los proyectos y en las ideas, y vamos. Si no formás un equipo así es muy difícil.
Siempre recuerdo que, no sé si él lo sabe, el Gaspar desde que empezó con la idea de Road July hasta que pudo hacer la película estuvo como siete años.
Hacer una película es una inversión grande en tu vida.
En lo personal cuando fuimos al Aconcagua en el 2010, la experiencia me pegó mucho y me pareció que es algo muy importante que tenemos acá en Mendoza. Incluso cuando revisás lo que se dice, te das cuenta que es el cerro más alto de América, incluso el más alto después de los de la cadena del Himalaya.
Se han hecho muchos documentales, series y realities pero nunca una película como esta, como sí la tiene el Everest o el K2.
Las Imprescindibles | Una de las producciones de Faiozzo y Sepúlveda.
¿Este esfuerzo que hacen ustedes les va a hacer menos difícil el camino al piberío que viene?
B.F: Totalmente. Esto que hablamos de la asociatividad, y del trabajo en conjunto de las producciones que van sucediendo en Mendoza, te dejan contactos y vínculos que después influye en el laburo en los técnicos, en los transportes y en los hoteles.
Genera un reconocimiento del impacto que tiene en la sociedad y se empieza a entender la importancia de la industria para la sociedad toda.
R.S: En la medida en que venga una producción que se haga y que esa producción se vaya conforme con los técnicos, los hoteles, las locaciones y los restaurantes, van a volver.
Se está filmando mucho en el mundo y nosotros tenemos que ser capaces de atraer las producciones no solo con proyectos propios.
Es una industria que si se mueve genera ingresos. Muchos lo han entendido, como sucede con Madrid, que es el set de las producciones europeas en castellano.
¿Qué se les dice a las y los jóvenes que quieren laburar en esto?
B.F: Retomando lo que decía de Rodri, formar equipos de trabajo es lo principal. Además hay que formarse muy bien, trabajar y trabajar, y ver material para investigar, buscando siempre la excelencia.
R.S: Yo creo que si sos estudiante y estás convencido de lo que hacés, se te van a abrir puertas. No es un camino sencillo ni directo.
Hay que armarse de paciencia, e insistir, insistir, insistir.
