Camilo Lihue, el poeta multifacético, anda compartiendo resonancias con Los Kuranderos.  Algo de poesía medicina para sanar a los lectores de EL OTRO. En otras palabras: el arte de lo posible dentro de un paseo insurgente.

Entrevista: Ser Shanti
Fotos: Seba Heras

Camilo Lihue (San Rafael, 11 de octubre de 1989) está encendido, se deja llamar la atención por la poesía y es señalado por algún que otro gesto musical. Dispuestos a viajar por ciertos pasajes de su vida, nos dejamos llevar por el aire que hay en su rostro. Literatura, sonido y sueños para explorar.

Comentame una noción sobre tus facetas creativas.

Con lo que yo más me identifico es con la escritura. Es la parte con la que me siento más creativo realmente y lo demás es toda curiosidad.

El resto de las artes te vienen como a completar…

Sí, me da mucha curiosidad cómo se hacen y quiénes las hacen. Por lo general viene la palabra y luego la música.

La inspiración es un momento extraordinario. ¿Qué instancias te resultan creativas?

Mis fuentes de inspiración son los viajes, por México, Madrid, Marruecos, Alemania. Más que nada por México, en el año 2013, fue donde experimenté un despertar.

El puente de esa apertura de conciencia fue una beca.

Yo estudio Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNCuyo, y a través de una beca llegué a Chiapas. En los viajes se aprende mucho.

Y por otro lado, me inspiran mucho algunos escritores, el por qué escriben, el decir, la palabra…También hay un disparador en temas como el amor, el desamor y hay una parte de mi escritura que está marcada por la relación con las plantas.

¿Cómo llega tu conexión con la tierra, esa medicina que ofrecen las plantas?

Esta búsqueda viene a través de esas preguntas esenciales: ¿Qué es medicina? ¿Qué es droga? ¿Qué es fármaco? ¿Qué es veneno? ¿Qué es alimento?

De chico solemos ser muy imaginadores (risas). ¿Qué querías ser cuando crecieras?

De chico quería ser jugador de fútbol (más risas).

Se dice que practicabas este deporte…

Jugaba de lateral izquierdo, por el carril, juego todavía de manera informal, el cuerpo me lo pide.

(Es el momento para que el lector se imagine a un Camilo con la casaca número 3).

Jugué hasta los 18 años, digamos que el fútbol me marcó mucho en mi personalidad. Dejé porque había que estudiar o jugar.

Si no estás jugando en primera a los 18 años, a dedicarse a otra cosa, a la política tal vez (risas).

Y me dediqué a estudiar. Una vez un profesor durante una práctica me vio la libreta del secundario y me dijo: “No, pero vos no tenés que jugar al fútbol, tenés que ir a la universidad”.

Y en ese momento crucial, renovaste el sueño…

Y allí empecé a querer ser presidente (risas).

De un jugador estrella a presidente, situaciones semejantes (más risas).

(“Bueno, Maradona puede ser presidente”, agrega quien está sacando las fotos, y ya es momento de carcajadas)

Y como es gratis, vamos a buscar un tercer sueño. El tercer sueño fue que quería ser chamán.

Esa visión me encanta…

Después de México me di cuenta que no había que ir detrás de un objetivo, que ser maestro o sabio me lo iba a dar el tiempo. La vida me iba a decir si podía ser una persona de palabra, de sabiduría. Ahí me relajé y me detuve a esperar, a recibir lo que tenga que venir. Después de México estuve un año en Argentina y me fui a España, siempre apostando a aprender a escribir, internalizar cómo habla la gente, más que nada la oralidad.

Algo así como la literatura despegada de lo concretamente escrito.

Claro, que de la oralidad vaya a lo escrito y de lo escrito vuelva a la oralidad, a la acción; que sea un ida y vuelta.

Que se genere una situación más relacionada con el acto…

No solo algo mental, la palabra como acción, como movimiento.

La poesía te desnuda, muchas veces te deja en pelotas.

La poesía me ha abierto muchas puertas en España, Italia, Alemania, es una forma de presentarte, una identidad. Uno muestra su lado más escondido, saca lo más lindo y lo más feo, es una forma de reconocerte. Recibimos información y la transformamos para entregar un mensaje. Funcionamos como antenas.

Hablando un poco de situaciones ideales en nuestras vidas, ¿en qué situación te gustaría permanecer?

Me gustan como muchas sensaciones, hay una que es muy buena, que es parecida al éxtasis, por ejemplo como cuando tomás bastante vino y el vino no te cae mal, es como una sensación suavecita. Ese estado me gustaría que se prolongue.

Que se vuelva perdurable la conexión espiritual con la ayahuasca es un lindo deseo, esa percepción y claridad de pensamiento.

La ayahuasca también es una fuente de inspiración. Una amiga de Italia me comentaba que había conocido a muchos escritores que se les está llamando “los escritores de la ayahuasca”.

La abuelita como fuente de creatividad.

Allí hay un tema, es que hay que tratarlo con mucho cuidado. Siempre con respeto, las plantas me han ofrecido su sabiduría.

Me quedo mirando un pedacito de palo santo… Comentanos sobre el proyecto del que formas parte: Los Kuranderos.

Los Kuranderos es un proyecto relacionado siempre desde un plano artístico, no queriendo sustituir o transportar la magia de las ceremonias, sino solamente realizar una interpretación. Ese es el respeto que tenemos con Los Kuranderos al mundo de las plantas. No queremos una situación fetiche, pero sí somos conscientes de que es un nombre un tanto provocativo, como que marca una línea.

Como jugar a que la música, la palabra, curan mediante sus vibraciones.

Sí. Estamos en un camino de aprendizaje en cuanto al disparo de las frecuencias para que el ser humano se alivie.

Llegado el momento de reconocerte, ¿cómo lo hacés?

Me siento en constante cambio, como que he asumido el rol del movimiento. Estoy más transmutante que definido.

¿Qué es lo que más podemos llegar a descubrir en tu obra?

El contenido y el elemento fundamental es la espiritualidad, la espiritualidad latinoamericana fundamentalmente. Hay bastante de la antropología del dolor, de las comunidades y culturas latinoamericanas; cómo transforman el dolor a través de ritmos, rituales y ceremonias sanadoras. Y me gustan mucho las coincidencias, los puntos de encuentros que tienen distintas culturas del mundo. La política también está presente, la injusticia con los pueblos, la desigualdad.

Inquietar es un verbo que agita el ánimo todo el tiempo.

Actualmente lo que me inquieta es la música, indagar el sonido. Por ejemplo ahora como podrán ver, sobre la mesa hay un cuenco tibetano, un acordeón, una caja chayera, en algún lugar debe andar la guitarra. Trato de conectarme un poquito con cada uno de estos instrumentos, intento no quedarme solo en la literatura.

¿Cómo desglosás tu archivo cultural? Desde el punto de vista de materializar la acción.

Voy como un pulpo tomando un poquito de todo, lo que me va enriqueciendo es el hacer. Viajar, estudiar, escribir canciones, publicar libros, empezar y terminar proyectos. Y tener la posibilidad de soñar y poder lograr lo que quiero.

¿Cómo comprendés todo lo que es el tema de la evolución en los seres humanos?

Lo veo como en qué decidís repetir y en aquello que vos elegís dejar de hacer. Maneras de encontrar la humanidad. Sin caer en el pensamiento binario, entendiendo las dualidades que todos tenemos.

Para cerrar: ¿qué estás buscando en estos tiempos?

Una palabra clara, un mensaje simple, con un soporte que llegue suave y sencillo.

Paramos el grabador, Camilo se calza el acordeón al mismo tiempo que nos hace saber que hoy no cree tanto en la partidocracia, para él “los partidos políticos están un tanto obsoletos”. Se ve ejerciendo la política desde una escala más del vecino, la política de uno mismo, en donde uno puede decidir y realmente tener el poder.

“Dicen que la pequeña revolución es empezar por uno mismo, hacer un trabajo interno. La libertad, aparte de no tener miedo, es poder ocupar tu espacio”, termina de decir esta frase y comienza a hablar el acordeón, se levanta una atmósfera tipo Amelie en el ambiente.

Nos vamos con EL OTRO a buscar más purga, limpieza y curación. Tal es así, que a mitad de camino el auto nos amenaza con prenderse fuego. Fuimos pulpos al igual que Camilo, al momento de tener que apagar las llamas. El arte de lo posible está en empujar hacia adelante.

 


 

 

Feria del Libro de Mendoza 2017
Espacio Cultural Julio Le Parc, Guaymallén.

Domingo 15 de octubre 21 hs.

Aula Iverna Codina: “Un viaje dentro de un viaje” Los Kuranderos. (Espectáculo Musical) parte de la trilogía “Cuentos, prosas y relatos insurgentes” de Camilo Lihue Rivero Méndez. (la 2º es “Una mujer dentro de una mujer”, y la 3º “Un sueño dentro de un sueño”.

Los Kuranderos: Poemas Musicalizados de Lihué Camilo Rivero Méndez,  Raúl Rivero en Guitarra, Natalia Ponce en Coros y percusión, Leo Martinez DJ generando sonidos y Erica Golvas en coros y percusión.