Hombres y mujeres de ciencia acercan la investigación a ciudadanas y ciudadanos de a pie, café de por medio. Luego de un año de reuniones en distintos lugares, Café Científico aterriza hoy a las 21 hs. en Martín Sur. 

Fotos: Luciano Viard

Dra. Celeste Ruete

El núcleo organizativo del Café Científico se compone de cuatro individuos: Victoria Bocanegra, Celeste Ruete, Diego Croci y Agustín Luján. En el Instituto de Histología y Embiología de Mendoza, EL OTRO dialogó con tres cuartos de un team que sale a la calle para multiplicar la divulgación.

Celeste Ruete: La idea era que la gente se entere qué hacemos en los laboratorios, las oficinas y en las salidas a campo, porque es bastante amplio lo que hacemos. Entonces también planteamos qué hace un científico en su trabajo habitualmente.

Diego Croci: Surgió en plena campaña de desprestigio de la actividad científica que hubo en el verano pasado y fue nuestra manera de responder. En vez de indignarnos, pensamos, “contémosle a la gente, que le interese, qué hace un científico”.

Agustín Luján: No sé si te acordás de esa campaña en la que los científicos salían en fotos con papelitos que decían “yo trabajo en…”, tratando de prestigiar el laburo que hacemos todos los días. Fue una respuesta en caliente a una mirada un poco prejuiciosa sobre lo que se realizaba.

Dr. Diego Croci

Celeste es investigadora bióloga y se ocupa de temas de biología de la reproducción, Diego aborda, a grandísimos rasgos, la inmunología en el cáncer, también es investigador. Agustín es becario, médico e investiga una bacteria denominada chlamydia que es la responsable del desarrollo de una enfermedad de transmisión sexual que puede ser asintomática.

Según Croci, los “cafés” funcionaron como excusa para incursionar en la divulgación científica. Y para Agustín esta forma más relajada acerca la ciencia a la sociedad, porque también las y los invitados pueden hacer preguntas y dialogar con los expositores.

Médico Agustín Luján

A la persona que invitan a exponer le requieren que se aleje del enciclopedismo y las charlas técnicas, para generar, con un lenguaje llano, un clima ameno en el que se pueda comunicar de manera sencilla.

¿Tuvieron algún debate picante?

Agustín: Sí, en uno de los últimos cafés tuvimos un poquito de tensión. Hay personas que sostienen que la tierra es plana y fueron a llevar su teoría y a boicotear la charla “porque no se puede decir que la tierra es redonda…” Pero más allá de eso, la oradora que estaba exponiendo, quien tiene mucha experiencia en charlas de divulgación, pudo mantener el tema muy bien y cuando terminó se acercó a charlar con ellos. Todo bien.

Diego: Hasta ahora nunca nos tocó un debate que se torne violento en lo discursivo, pero nos pasó en las charlas de cambio climático y de glaciares, que fue antes de todo el problema que tuvo Ricardo (Villalba), que esperábamos que viniera la gente de la Asamblea del Agua de San Juan, pero finalmente eso no pasó.

Este café va a ser en Martín Sur, ¿Los anteriores dónde fueron?

Agustín: El momento de la cultura no es fácil. Empezamos en el bar La comedia y luego fuimos a Vararte, pero ambos cerraron.

Claramente el momento político no es el más amigable con el sistema de ciencia y técnica, pero ¿qué balance hacen de lo que fue la anterior gestión y qué se podría haber hecho mejor?

Agustín: Claramente en lo discursivo hubo un apoyo que también es comprobable en edificios como este en el que estamos. No sé cómo fue el tema de los desembolsos de dinero para financiar investigaciones, creo que sobre el final de la gestión de Cristina hubo un problemas al respecto, pero no había recorte. El tema hoy cambió rotundamente.

En campaña, el actual gobierno decía “vamos a aumentar” y no lo hicieron, entonces la brecha se ve bastante grande.

Diego: Yo tengo una mirada respecto de lo que se hizo, que avalo, pero veo que algunas decisiones fueron un poco caprichosas. Y lo digo tomando responsabilidad porque estábamos bastante cómodos, pero algunas universidades se beneficiaron de la inversión en ciencia, más allá de lo que necesitaban. Poniéndonos como ejemplo, acá yo no sé si hacía falta armar tremendo edificio para cien científicos. Obviamente que es deseable edificar pensando en que se va a crecer pero en ese sentido, más allá de lo beneficioso, hubo un manejo un tanto caprichoso.

De todas maneras eso tenía que ver con un plan que elaboró el propio Lino (Barañao) que había planteado que teníamos que ir a un porcentaje de científicos de 3 por mil. Cuando empezaron los recortes estábamos cerca de 1,8. Y por estos días Lino ya se desdijo y planteó que estaba equivocado.

Campoy será uno de los intérpretes “teloneros científicos” del café.

 

¿Se notan los recortes? ¿Se empezaron a fugar cerebros?

Diego: Las investigaciones son procesos que llevan bastante tiempo y, por ahí, los resultados que se publican en un momento se trabajaron durante tres, cuatro o cinco años previos. Por lo que, probablemente, el recorte presupuestario se haga visible dentro de un par de años.

Celeste: No sé si ya se empezaron a ir al extranjero las científicas y los científicos…

Diego: Ya no están volviendo. Y eso se nota.

 


 

La novedad de este nuevo café que abordará la “Inmunología 2.0” será que, previo a la charla inicial, otro científico, Emanuel Campoy, interpretará algunos temas musicales para entrar en tema.