A contramano de las políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia, la vicegobernadora de Mendoza respaldó al negacionista Juan José Gómez Centurión. En cambio, Hebe Casado repudió la protesta de estudiantes, docentes y Organismos de Derechos Humanos contra la presencia del excarapintada en la universidad pública. “Reivindicar a alguien de esta calaña es negar el mayor genocidio de la República Argentina”, expresaron desde la agrupación radical Franja Morada. Denunciaron que organizadores de la conferencia del militar retirado clausuraron las puertas de Derecho y agredieron a la presidenta de la Federación Universitaria de Cuyo. Agentes de la Policía de Mendoza violaron la autonomía universitaria.
Por Negro Nasif
Te felicito
“Felicito a la UNCuyo por brindar un espacio a Juan José Gómez Centurión para disertar. Repudio a quienes intentaron escracharlo. Necesitamos universidades con amplitud de pensamiento y estudiantes que escuchen todas las campanas de la historia porque eso genera libertad”. Este fue el texto que la vicegobernadora de Mendoza publicó este jueves a las 19.33 en su cuenta personal de la red X.
Dos horas antes del tuit de Hebe Casado, alrededor de un centenar de estudiantes y trabajadores universitarios, miembros de Organismos de Derechos Humanos, trabajadores/as de la cultura y mendocinos y mendocinas opositores al negacionismo, protagonizaron una protesta en las puertas de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo, para expresar un enérgico rechazo a la presencia en esa institución de Juan José Gómez Centurión, veterano de Malvinas, excarapintada y negador serial del último genocidio cívico militar perpetrado en la Argentina.
En definitiva, en lugar de ejercer su rol institucional de defensa de las políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia establecidas por la legislación argentina, la segunda autoridad del Estado provincial felicitó a los funcionarios universitarios –encabezados por el decano Fernando Pérez Lasala- quienes dieron legitimidad institucional a la exposición del excarapintada. Contrariamente, Casado repudió a quienes ejercieron el legítimo derecho constitucional de defender la República y los Derechos Humanos, pilares de la democracia y, justamente, de esa casa de altos estudios que educa a futuros abogados.
Del mismo palo
El uso político de la palabra “escrache” surgió en los años 90, cuando los hijos e hijas de las y los desaparecidos denunciaron públicamente a los genocidas que, gracias a los indultos y las leyes de impunidad, vivían con total libertad. Esa misma palabra es la que utilizó la vicegobernadora para señalar a las personas que, lejos de cualquier escrache, lo que simplemente hicieron es protestar democráticamente para poner en evidencia los graves riegos de la propagación en ámbitos institucionales de los discursos de odio y de negación del terrorismo de Estado.
No sorprendió que Casado defendiera al exfuncionario del gobierno de Mauricio Macri, con quien comparte principios ideológicos neofascistas. Solo cabe recordar que, en 2020, la dirigente del Pro negó que el plan sistemático de la última dictadura haya terminado con la vida de 30 mil ciudadanos.
“Yo soy una persona que viene de la ciencia y para mí los números tienen que ser exactos, no son más o menos. Cuando doy la dosis de un medicamento doy la dosis exacta, no digo tome más o menos una cucharada y media. No. Tome 5 ml, 7,5”, ejemplificó la entonces diputada, en una entrevista radial (escuchar arriba) en la que exhibió una profunda ignorancia respecto a las investigaciones de las Ciencias Jurídicas y Sociales que durante décadas, en todo el mundo, llevaron a concluir la aproximación de 30.000 mil desaparecidos y desaparecidas, una cifra obviamente inexacta y abierta, en razón de las evidentes características de clandestinidad en que se desarrolló el terrorismo de Estado. Tarea intelectual infinitamente más compleja que medir un jarabe en un recipiente graduado.
Lo que sí sorprendió esta vez es que la posición de Casado confrontara abiertamente con la postura pública de Franja Morada, la agrupación universitaria radical que abrió el camino político al actual gobernador Alfredo Cornejo, cuando estudiaba en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. “¿Podemos permitir que figuras como Juan José Gómez Centurión, reconocido personaje que niega el terrorismo de Estado de la última dictadura cívico eclesiástica militar, atraviese el Hall Raúl Alfonsín, padre de la democracia e impulsor de los juicios a la Junta, y se siente en un aula de una Facultad de Derecho a disertar?”, se preguntaron retóricamente desde Franja Morada en un comunicado difundido hace dos días.
Sí, se puede
En definitiva, sí pudieron: el negacionista brindó la conferencia en un estrado de honor, tal como lo habían planeado la Agrupación Estudiantil por la Formación y el Liderazgo de Filosofía y Letras y la agrupación Kairós de Derecho, con el auspicio del Centro de Estudios Históricos Prof. Enrique Díaz Araujo, un espacio de la universidad pública que reivindica a este nefasto promotor de crímenes de lesa humanidad.
Previamente en el exterior del edificio, el excandidato a presidente del partido Nos fue recibido con cantos, insultos, banderas y carteles de repudio, e ingresó custodiado por policías y organizadores que arbitrariamente clausuraron las puertas de la Facultad y agredieron a una dirigenta estudiantil. Franja Morada denunció: “Durante el ingreso de Gómez Centurión a las instalaciones de la Facultad de Derecho sucedieron hechos de violencia nunca antes vistos en esta casa de estudios. Militantes de las agrupaciones organizadoras de la charla decidieron cerrar las puertas de la Facultad, la presidenta de la Federación Universitaria de Cuyo (Roxana Laciar), en un intento de procurar que no escalara la violencia, se acercó hacia la entrada de nuestra institución en donde un militante de una de las organizaciones se abalanzó hacia ella, siendo impedido por otro militante que le pide que no la agreda”.
A esta prepotencia se sumó la violación de la autonomía universitaria por parte de fuerzas de seguridad provinciales. “Aparecieron agentes policiales en el predio”, denunció el Sindicato Docente de la Universidad Nacional de Cuyo, y subrayó la gravedad de esa intromisión de la Policía de Mendoza en la jurisdicción universitaria: “Dado que la presencia de agentes de seguridad está prohibida en los espacios de las Universidades Nacionales (excepto en condiciones singulares que hubieran motivado que las autoridades universitarias los convocaran), requerimos explicaciones precisas por estos hechos que lesionan gravemente la autonomía universitaria y preocupan vivamente a todos los actores de nuestra vida institucional”.
