En Mendoza, como en todo del país, el golpe de gracia que se le quiere dar a la agencia pública de noticias encuentra resistencia. La defensa excede lo gremial porque eliminar la cablera, como pretende el presidente Milei, no solo supone dejar a 760 personas en la calle, es un atropello al derecho a la información, un retroceso en la visibilización de lo que no es rentable para las empresas de comunicación y un atentado contra el ejercicio de la democracia.

Por Redacción EL OTRO | Fotos: Coco Yañez

Los trabajadores de Télam Mendoza mantienen un acampe en la puerta de la oficina que la Agencia tiene en la capital de la provincia. La medida de fuerza se sostiene con el respaldo del SiPreMza (Sindicato de Prensa Mendoza), el apoyo del arco sindical local y el acompañamiento de agrupaciones políticas y sociales.

El rechazo extendido que ha cosechado la medida del gobierno nacional es un punto destacado en la lucha por defender la histórica agencia. No es la primera vez que un gobierno intenta hacerla desaparecer, hay varios antecedentes en su historia, pero esta vez el avance tiene una virulencia inédita e inesperada.

El acampe de los trabajadores se sostiene desde el 4 de marzo, día en el que se le dio de baja a la página web de la agencia y en el que el edificio central amaneció vallado y custodiado por la policía. La preocupación radica en su situación laboral. Seis días después, el 10 de marzo, 700 trabajadores fueron notificados que la “dispensa” sin actividades se extendía por otros 7 días y como novedad recibieron un ofrecimiento de retiro voluntario.

La respuesta no tardó en llegar, el lunes 11 una asamblea de 300 trabajadores, que se celebró en la sede de la CGT, comunicó que la voluntad general es mantener el acampe para proteger los bienes públicos, sostener la web www.somostelam.com.ar para continuar trabajando pese a la “dispensa” de tareas, y exigir al gobierno que saque las vallas que bloquean el acceso a los edificios de la agencia.

Hoy, a 16 días del cierre la situación se mantiene tensa e inconclusa el jefe de Gabinete Nicolás Posse y el interventor Diego Chaher no encuentran el camino para hacer efectivo el cierre que prometieron “La ‘dispensa’ a los trabajadores, con goce de sueldo, y las vallas policiales en los edificios son un avance, pero de ningún modo pueden entenderse como un cierre”, concibe la Asamblea de trabajadores.

“Por primera vez, las movilizaciones del 24 de marzo por Memoria, Verdad y Justicia no contarán con la cobertura de los medios públicos. Milei los silencia: no quiere libertad, sino censura para que no te informes del ajuste que sufre el pueblo, para que no escuches la voz de quienes se movilizan, como las Madres y Abuelas. Frente a eso, montaremos junto a SiPreBA una cobertura propia que vas a poder seguir a través de somostelam.com.ar”, expresaron en el comunicado que publicaron desde la web de los trabajadores.

Durante el gobierno de Juntos por el Cambio, al eliminar los artículos más relevantes de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y dejar que los privados dominen sin impedimento el espectro radiofónico, se retrocedió al viejo escenario que reconoce solo dos actores: los medios públicos y las empresas. Sin embargo, la eliminación de Télam, Radio Nacional y TV Pública que pretente La Libertad Avanza asegura el retroceso total, el estadio máximo de concentración de la información, un cuadro peligroso para el ejercicio de la democracia en cualquier país del mundo.

Télam garantiza lo que ninguna agencia privada puede prometer, cobertura federal y pluralidad informativa de un país diverso y extenso. Los números actuales de la empresa estatal demuestran su importancia en el ecosistema de medios, diariamente recibe ocho millones de consultas, por mes produce más de 20.000 piezas informativas además de fotos, videos y audios.

 

“Al pueblo no se lo ha convocado a defender las conquistas ni las banderas”

La Patria no se vende, se defiende