El director general de escuelas celebró el inicio de clases con una efusiva danza en una escuela de Luján. En el mismo momento, maestras, profesores y celadoras reclamaban en la calle salarios dignos y más presupuesto para educación. Otra provocación del violento Jaime Correas. 

Fotos: Cristian Martínez

Jaime Correas decidió encapsularse en territorio amigo para celebrar el comienzo de clases. A puertas cerradas, en la escuela Laureana Ferrari de Olazábal del departamento de Luján, el director general de escuelas presidió esta mañana el acto de apertura del ciclo lectivo.

El ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Martín Kerchner Tomba, el de Hacienda y Finanzas, Lisandro Nieri y el jefe comunal Omar De Marchi, acompañaron a Correas en el acto oficial, signado por el contexto del paro por 48 hs que está llevando a cabo el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE).

Mostrando apertura, la máxima autoridad del gobierno escolar manifestó: “Esta escuela me enseñó a saber cómo escuchar a los docentes, a los padres y a los alumnos, y trabajar en conjunto con los otros ministerios para buscar las soluciones”, al tiempo que agradeció “al sector privado que poco a poco se va sumando y se compromete con la educación de todos los mendocinos”.

Sin embargo, el funcionario de Cornejo prefirió no escuchar los gritos y cantos que provenían desde afuera. En forma paralela al acto oficial, trabajadoras y trabajadores de la educación, encabezados por el secretario general del SUTE Sebastián Henríquez, realizaron una concentración para mostrar su oposición a la insuficiente propuesta salarial del gobierno y exigir mayor inversión para la educación pública.

 

 

En contraste con Correas, desde el SUTE calificaron a la jornada como de “no inicio de clases”. “El reclamo que traemos sigue siendo el de más para educación”, señaló Henríquez y precisó las condiciones en que comienza el año escolar: “Nosotros vinimos acá porque se quiere armar una ficción del sistema educativo. Esta es una de las pocas escuelas que el gobierno ha arreglado, pero hay más de 6 que están inhabilitadas y cientos de escuelas que se están cayendo a pedazos. Escuelas que no tienen merienda y terminan comprándola los docentes o celadores. También hay escuelas que cierran cursos como está pasando con las técnicas. El gobierno está desfinanciando el sistema educativo”.

¿Motivos para festejar?

Desde las primeras horas de hoy el gobierno difundió, por las redes sociales y los medios de comunicación oficialistas, un clima de total normalidad en las escuelas. Cerca del mediodía, la DGE informó que “el presentismo en todas las escuelas de Mendoza es del 95,08%, mientras que en las privadas la asistencia es de 100%”. “Aquí no ha pasado nada”, fue el mensaje.

Por su parte, el sindicato docente exhibió sus propios números, desmintiendo la “normalidad” en las escuelas. “De un poco más de 100 escuelas relevadas, tenemos entre el 35 y 40 % de adhesión, que es mucho más alto que el del año pasado”, dijo Henríquez. El dirigente sindical admitió que el paro no fue masivo y evaluó que la modesta adhesión estuvo condicionada por un “gobierno que extorsiona con el descuento el día del paro”.

Mientras los docentes en la calle extendían sus pancartas y banderas y entonaban cantos en contra del ajuste en educación, en el patio de la escuela Olazábal, Jaime Correas desplegaba su habitual diatriba en contra de los trabajadores organizados: “Somos elogiosos del esfuerzo que ponen los docentes, no somos elogiosos de la dirigencia sindical, como no están de acuerdo los padres, y por eso fueron a las escuelas”, espetó el licenciado en un clima de jolgorio, que incluyó una danza efusiva que estrechó a funcionarios provinciales con el intendente de Luján.

Solo faltó el “Sí, se puede”.

 


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