Este lunes las Madres de Plaza de Mayo cumplieron 41 años de lucha. María Domínguez, titular de la organización en Mendoza, reivindicó a las y los detenidos/desaparecidos: “Nuestros hijos no luchaban por un puestito, nuestros hijos lucharon por un país y un mundo mejor”.

Fotos: Coco Yañez

El sábado 30 de abril de 1977, en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, un grupo de 14 madres inició un camino interminable de búsqueda de sus hijas e hijos secuestrados por la dictadura cívico militar. No fueron escuchadas, volvieron al jueves siguiente y, desde entonces, durante 41 años, todos los jueves siguen en ronda persistente haciendo escuchar su voz por Memoria, Verdad y Justicia.

“Aparición con vida”, rezan aún sus pañuelos, uno de los símbolos de los derechos humanos más transcendentes de la historia universal.

Durante el lunes, las Madres celebraron luchando en todo el país. En la Plaza Independencia de Mendoza, se realizaron muestras fotográficas, presentaciones artísticas y, al culminar el encuentro, María Dominguez ofreció un emocionante discurso, cuyas partes más salientes transcribimos en esta nota.

“Parece mentira, 41 años que secuestraron a nuestros hijos e hijas, que nos robaron los nietos y las nietas, que cometieron tanta atrocidad que la gente todavía, y más los más jóvenes, no se puede dar cuenta lo horrible que fue la dictadura militar”.

“Pero nosotros decidimos salir a la calle a buscar a nuestros hijos y hasta el día de hoy estamos en la calle, y vamos a seguir mientras Dios nos dé vida, porque esto que pasó en los años 70 no se puede volver a repetir”.

“Como decimos siempre las Madres, siempre hubo muchas dictaduras a partir los años 30 hasta el 83, pero nunca más tiene que haber otra dictadura. Hay cosas parecidas en este momento pero no importa, ya vamos a lograr vencerlos, tenemos un pueblo corajudo, luchador, y yo sé que se va a unir para luchar en contra de esto tan feo que estamos viviendo”.

“Las Madres estamos conformes con lo que hemos hecho, a pesar de la ignorancia, porque la mayoría éramos dueñas de casa, amas de casa, que no sabíamos muchas veces ni quiénes nos estaban gobernando. Pero a partir del secuestro de nuestros hijos tuvimos que salir a la calle sin saber siquiera lo que era un hábeas corpus”.

“Nos dijeron que había que presentar hábeas corpus, los presentamos, íbamos por la respuesta y los jueces por poco nos sacaban sonando del despacho, como si nuestros hijos no hubiesen existido, se volaron, desaparecieron en el aire, se volatilizaron… Y una tenía que volver a la casa con el peso del dolor más grande todavía”.

“Los abogados no querían ni siquiera redactar un hábeas corpus, lo teníamos que hacer en forma casera, porque todos los abogados vivían asustados por todo lo que estaba pasando, por un lado tenían un poco de razón…”

“Íbamos a pedirles que nos ayudara la jerarquía eclesiástica, que también fue cómplice, y nos decían que no gastáramos pólvora en chimangos, para ellos nuestros hijos fueron ‘chimangos’, se ve. Así nos contestó monseñor Maresma en el arzobispado. Era volver a la casa con más desesperación, con más dolor, todos los días. Pero eso no nos amedrentó, seguimos, seguimos, seguimos…”

“Después empezamos a ir a la plaza San Martín a marchar todos los jueves, y lo hacemos hasta el día de hoy. Ahora nos quitaron la plaza, pero no importa, lo hacemos alrededor, hasta que nos la devuelvan. Algún día la tendrán que devolver, porque no creo que vayan a estar toda la vida con la plaza tabicada como está desde hace una año y pico, ya”.

“No nos han vencido y no nos van a vencer. Vamos a seguir luchando para que nunca más en este país un ser humano tenga que pasar lo que pasamos las madres de los detenidos/desaparecidos”.

“Hay que luchar, no nos queda otra, todos los días, y ahora con lo que nos está pasando, más todavía. (…) Tenemos que seguir luchando, salir a la calle las veces que haga falta para luchar en contra de esto tan criminal que están haciendo con el pueblo argentino”.

“Las Madres no vamos a aflojar y ustedes tampoco. Hay que luchar en contra de toda esta miseria y esta barbarie que hay en este gobierno. Meten preso a cualquiera, porque sí. Cuando no tienen motivos, le crean un motivo. ¿Cómo puede ser? Los meten presos, como pasó con la familia Rojas acá en Mendoza, como pasa con Milagro Sala. ¿Qué delito cometió Milagro Sala tan tremendo? ¿Por qué, porque ayudaba a su gente? Lo mismo que hacían nuestros hijos. Nuestros hijos no luchaban por un puestito, nuestros hijos lucharon por un país y un mundo mejor, porque amaban la Patria, amaban al país, amaban la militancia”.

 

 


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