La nueva conducción de la CGT mendocina se presentó con un mensaje consistente. Con la satisfacción de haber conseguido la unidad, los delegados se mostraron resueltos a afrontar la difícil situación por la que atraviesan los trabajadores.
Fotos: Cristian Martínez
La flamante dirigencia de la Confederación General del Trabajo Mendoza se presentó ante los miembros de las 43 organizaciones que la componen. El acto tuvo toda la legitimidad y la mística de una fiesta del movimiento obrero organizado. La dirigencia peronista también estuvo presente, ocupando lugares en las gradas y en el escenario.
El mensaje hacia los trabajadores, que desbordaban la sala, se centró en la valoración de lo transitado para conseguir la lista de unidad, en la difícil situación por la que atraviesan los trabajadores de todos los ámbitos y en las luchas por venir. En ese sentido la señal fue clara: “no vamos a ser una CGT de escritorio”, remarcaron.
Luis Márquez, de la UOM, y Oscar Arancibia, de Aguas y Gaseosas, elegidos como secretario general y secretario adjunto, estuvieron al frente del escenario de las nuevas autoridades, alrededor de 40 dirigentes que serán los responsables de conducir la representación de los trabajadores del ámbito público y privado.
Como máxima autoridad, Márquez expresó su agradecimiento a todos los secretarios generales que trabajaron en el proceso de normalización que se cerró el pasado 5 de diciembre. “Queremos que sepan todos esos sindicatos, que ya han hecho paro y ya han hecho puntapié en la calle, que los vamos a acompañar como CGT. Somos respetuosos de sus decisiones pero, como deber ser, el conflicto empieza por cada organización y después la CGT los acompaña”, expresó en respuesta a las sucesivas demandas que viene teniendo la central respecto de los conflictos laborales suscitados durante este año.
El flamante dirigente además prometió “una CGT en la calle, con proyecto, no la confrontación por la confrontación” y pidió “estar preparados y unidos para enfrentar a un gobierno neoliberal que se ha olvidado de la clase trabajadora y que sólo le importa que se enriquezcan las clases altas”. En ese sentido subrayó: “vamos a demostrarle a la sociedad mendocina que estamos de pie y con cada trabajador”.
En sus palabras Arancibia también se refirió a la nueva etapa que se abre. “No vamos a ser una GCT de escritorio vamos a ser una CGT de lucha trabajando en las calles”. “Al otro día de la elección estuvimos caminando con el compañero Márquez junto con los compañeros del trole que están sufriendo desgarramiento del Estado y la persecución, quiero que sepan que esta CGT está en contra de toda las privatizaciones que pueda hacer este gobierno, no solo con los troles, sino con la Dinaf, con los compañeros de Zoológico”, sentenció el dirigente, y en el cierre, como una proyección hacia lo que vendrá requirió “fortalezcámonos en estos momentos para que, cuando tengamos que trabajar, nos encontremos unidos luchando por cada trabajador privado y estatal”.
El acto se realizó en el Teatro Selectro -espacio cultural del gremio Luz y Fuerza-, allí también se había desarrollado el cierre del proceso normalizador celebrado con la elección de las recientes autoridades. Las instalaciones se desbordaron desde temprano, una hora antes del evento los bombos y las banderas llenaban las arterias del paquete barrio Bombal. Además de las organizaciones participaron agrupaciones políticas y dirigentes del peronismo. El diputado nacional Guillermo Carmona y el parlamentario del Mercosur Agustín Rossi subieron al escenario, junto a las nuevas autoridades, mientras otros presenciaron el acto desde abajo, entre ellos el legislador provincial por el massismo y líder del Centro de Empleados de Comercio, Guillermo Pereyra.