La primavera empieza con debate en la Unión Ferroviaria al ritmo del reconocimiento de derechos de las mujeres y las disidencias. Organizaciones sociales, sindicales y políticas, abren a la sociedad en general un espacio programático de reflexión respecto del sindicalismo, la participación política y la educación, desde una perspectiva de género.

Fotos: Cristian Martínez

La discusión sobre el lugar de las mujeres no se toma respiro ni le presta atención a las voces machistas que piden posponer el debate, y continúa en su devenir para desnaturalizar las asimetrías de poder existentes en detrimento de las mujeres y las disidencias.

 

Este 21 de septiembre comenzará un ciclo de tres encuentros mensuales que continúa un trabajo interno sobre perspectiva de género que tiene tiempo sobre el tapete pero que ha adquirido una fuerza extraordinaria a partir de la lucha feminista.

El primero de los encuentros se desarrollará en torno al Sindicalismo y perspectiva de género en la calle Suipacha 627 de Ciudad de Mendoza, desde las 10 horas, este sábado 21 de setiembre y estará abierto a todas las personas que quieran participar.

Verónica Benítez

Entre otras, las expositoras que darán pie al trabajo de los encuentros serán Pupi Palero, Julieta Antúnez, Laura Navarro y Cristina Rasso.

EL OTRO dialogó con Verónica Benítez -cuadro político del Partido Justicialista- y Paola Ovejero -referenta sindical de ATE Verde y Blanca- para entender por qué es importante profundizar la mirada crítica sobre el machismo en las instituciones sindicales, políticas y educativas.

Tu trabajo, Paola, en ATE tiene un tiempo ya. ¿Cómo se llega a estos debates?

Paola Ovejero: Yo participo de una agrupación que es ATE Verde y Blanca y soy trabajadora de lo que hoy es Producción y Trabajo en el área que fuera un ministerio hace tiempo y que es hoy Secretaría de trabajo, empleo y seguridad social.

Paola Ovejero

Nos parecía muy importante que el primer encuentro se diera desde este ámbito porque los reclamos y las luchas que venimos dando tienen mucho que ver con el tema género, como lo es la feminización de la pobreza. Pero también está programado que podamos trabajar temáticas como la del techo de cristal, la segregación horizontal, y actividades a las que las mujeres y las identidades disidentes no pueden acceder.

Por otra parte también tenemos previsto trabajar sobre el protocolo de actuación en casos de violencia de género que tiene bases en el que desde la CTA de los Trabajadores se realizó a nivel nacional, como punto de partida para uno propio.

El tercer panel es sobre disidencias y el mundo laboral. Este punto es muy importante ya que la mayoría de les compañeres trans directamente no acceden al mundo del trabajo y, desde allí, menos aún a la sindicalización.

¿Los protocolos facilitan la actuación de las personas?

Paola Ovejero: Sí, de hecho este protocolo está apuntado hacia las situaciones que sucedan al interior de los sindicatos y en los sectores de trabajo para que no se genere un vacío en el que no se sabe cómo actuar. También tomamos bastante de lo que se realizó en el protocolo del Partido Justicialista de Guaymallén.

¿Cómo se maneja la tensión con los compañeros varones -con y sin voluntad de reconocimiento de sus privilegios- en el día a día?

Verónica Benítez: Desde la experiencia que hemos tenido con el protocolo de Guaymallén y también con la discusión que estamos dando a nivel provincial, podemos decir que esto está visibilizado y los varones se cuidan un poco más. Algunos se cuidan y se quejan, otros te piden que marques si tienen una actitud machista o no, otros te piden ayuda…

En esta coyuntura, las que estamos en una situación de profunda desigualdad de poder somos nosotras por lo que no somos nosotras las que tenemos que ayudarlos sino que son ellos los que tienen que ayudarnos a nosotras y a las disidencias.

Pero como dice el slogan de nuestro frente “es con todos, es con todas, es con todes”, así que es un proceso largo que va a costar y va a ser largo. Es un proceso que muestra resistencias distintas en cada generación, que es menos difícil con las personas más jóvenes, pero que no veo que pueda ser solamente con las mujeres, porque me parece que no alcanza con las compañeras y las disidencias y hay que traer a los compañeros varones para que participen.

Varios compañeros me han dicho: “yo voy en calidad de oyente”, por ejemplo. Vos lo viste cuando cubrieron la presentación del protocolo en Guaymallén, todas las mujeres estuvimos adelante y los varones se pusieron atrás de las mujeres y nadie los mandó a ponerse allí sino que fue decisión de ellos ver y escuchar el acto desde el fondo del salón.

Esto simbólicamente es muy importante porque se trata de una cuestión de poder y durante muchos años ellos ocuparon los actos, las primeras planas, los espacios de decisión, y hoy nosotras estamos diciendo que estamos preparadas para ocupar esos lugares pero no podemos ir si no nos dejan pasar, o nos ponen palos, o nos violentan.

Paola Ovejero: Por otra parte, la voluntad de los compañeros que marcaba Vero, también tiene que ver con la fuerza y la lucha colectiva del feminismo como organización para que los compañeros se pongan en ese lugar de escucha. Por eso este encuentro está pensado abierto para que los compañeros y las personas en general puedan escuchar las experiencias que las compañeras tienen para compartir.