Desde las 9:30 de hoy, el plenario provincial del SUTE expondrá los distintos mandatos departamentales, tras el panorama que dejaron las asambleas escolares de la provincia. A pesar de la convocatoria a la unidad, ante el vapuleo sobre el poder adquisitivo de las y los trabajadores, el secretariado ejecutivo del gremio promovió como eje de discusión la pertenencia a la CTA, en medio de una disputa intestina. Con un difuso y tibio plan de lucha, que terminará de definirse hoy, la mezquina pelea de cúpulas resulta funcional al avance neoliberal del gobernador Cornejo.

Foto: Sute | 31/7/18

En una reciente solicitada, el secretariado ejecutivo del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) se preguntaba: “¿No es urgente y necesaria la unidad de los/as trabajadores/as en Mendoza, en general, y de los/as estatales en particular?” La pregunta se referenciaba en la notoria pauperización salarial, a la par de una inflación galopante que superó en seis meses lo esperado para todo el año y que activó la insuficiente “cláusula gatillo”.

En otra parte del texto, la conducción del gremio anclaba su propósito: “el sentido de esta carta pública es poner en debate abierto la necesidad de confluir en un gran plan de lucha provincial que debe incluir un paro provincial del conjunto de los estatales con el apoyo solidario de los trabajadores privados organizados y las organizaciones sociales de nuestra provincia para que el gobernador tenga un rival a la altura de su encono: los/as trabajadores/as unidos”.

Sin embargo, la empalagosa diatriba confronta con la realidad y, si llegó a los oídos del gobernador, más que una preocupación, probablemente estimule su animosidad contra  las y los trabajadores.

Sebastián Henríquez, secretario general del SUTE y miembro del FURS. Foto de archivo: Coco Yañez

Es que el secretariado ejecutivo viene promoviendo la salida del SUTE de la Central de Trabajadores Argentinos y ese debate, además de ocupar gran parte del tiempo y energía en los plenarios departamentales de ayer, terminó de fragmentar transversalmente las distintas expresiones políticas que componen el gremio docente.

Resultó evidente que esta discusión relegó tanto a la diversidad de mandatos provenientes de las asambleas escolares, como a otros temas más acuciantes para maestras, profesores y celadoras, como la penosa situación salarial, el sideral aumento de la canasta básica en Mendoza, y en todo caso, las medidas y estrategias para frenar el retroceso.

La disputa tiene su historia y explicación, aunque esté alejada de los intereses más urgentes de las y los representados.

Agrupación Azul-Naranja. Foto de archivo: Cristian Martínez

El secretariado general arguye que la actual conducción de la CTA “se ha abocado a la interna del SUTE”, y que “usan los recursos y el tiempo que deben usar para organizar al conjunto de los trabajadores más allá del SUTE”, llegando a “paralelizar al sindicato”.

En tanto, desde la fracción de la central comandada por Gustavo Correa, vinculada a la agrupación interna Azul-Naranja del SUTE, califican la propuesta de la cúpula gremial como una “maniobra inescrupulosa”, que “de concretarse solo logrará debilitar la búsqueda de la unidad, desproteger a lxs trabajadorxs y fortalecer el avasallamiento del gobierno de Cornejo”. Además, insinúan contradicciones del espacio que conduce el gremio docente al afirmar que “llamativamente, algunos sectores que forman parte del FURS (NdR: Frente de Unidad por la Recuperación del SUTE, actual conducción del gremio) han presentado lista para disputar legítimamente la CTA de los Trabajadores”.

Otros tiempos: Gustavo Correas y Roberto Garcés. Foto de archivo: Coco Yañez

Ante la tensión, la lista Multicolor, minoría del FURS en el secretariado general, planteó su rechazo a “todas las posiciones distraccionistas y divisionistas”, considerando que la salida de la CTA demanda “la participación y el debido tiempo para que sean los trabajadores de la educación los verdaderos dueños de la decisión”. Al tiempo que cuestionó: “¿En qué nos beneficia a los docentes en nuestra lucha por recomponer el salario esta medida?”.

El embrollo intercúpulas también involucra a la lista Celeste, antecesora en el secretariado general y referenciada en Gustavo Maure, que ha coincidido insólitamente con el FURS en la rosca dirigencial. Este espacio, que plantearía una vuelta del gremio docente mendocino a la CGT, mantiene el control sobre cinco secretarías departamentales y su circunstancial alineamiento con el oficialismo será determinante en el plenario de hoy para que el SUTE deje de pertenecer a CTA.

Agrupación Celeste. Foto de archivo: Coco Yañez

Según fuentes consultadas por EL OTRO, hasta el momento se presenta un escenario muy parejo entre los mandatos que manifiestan la intención de permanecer en la CTA y los que no. De mantenerse la paridad, serían los votos reservados al secretariado general los que terminen de inclinar la balanza hacia la desvinculación. Aunque también es probable que, ante tal escenario de discusión que divide aguas hacia el interior del secretariado, se postergue la última palabra.

En este sentido es pertinente recordar que, hace poco más de un año, Roberto Garcés, actual secretario gremial del SUTE, señalaba en La Quinta Pata su rechazo al vigente sistema de representación: “Es un aparato que es imposible que exprese la voluntad de las escuelas. Para empezar porque 28 miembros que son los del secretariado votan sin tener mandato, es una aberración”. Y reforzaba: “Nosotros aún sin reforma estatutaria no vamos a votar en el plenario provincial, pero si nosotros quisiéramos reventarlos con los departamentos que hemos ganado que son los mayoritarios, más los votos del secretariado, no nos ganan un plenario jamás, nosotros representamos solo a seis departamentos, los otros doce van a tener que hacer lo que digamos nosotros, eso es absurdo”.

Foto de archivo: Coco Yañez

En definitiva, las dos posiciones que se llevarán al plenario de hoy traducirán en mayor medida la actual correlación de fuerzas que se manifiesta en las secretarías departamentales. El FURS habría logrado imponer la desvinculación en Tunuyán, Capital y Godoy Cruz (no logró hacerlo en Guaymallén y Las Heras, donde por el momento conduce), mientras que la lista Celeste habría hecho lo propio en Junín, General Alvear, Maipú, Lavalle, Malargüe y San Martín. Los plenarios del resto de los departamentos optaron por dilatar la decisión o definitivamente rechazar la salida del SUTE de la central.

Semejante fragmentación allana el camino para que el flamante ministro de Gobierno, Trabajo y Justicia, el economista Lisandro Nieri, presente en las próximas paritarias -si el gobierno las convoca- las planillas excel que cristalicen el feroz ajuste ideado por el Fondo Monetario Internacional y ejecutado por el tándem Macri-Cornejo.

 

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