Tras 14 años de inversión, frustraciones, estafas y promesas incumplidas, las familias del barrio Urquiza II de Guaymallén están próximas a ver concluidas sus viviendas. Sin embargo, la empresa Peñaflor se niega a permitir el paso de una cañería de cloacas por uno de sus terrenos. “El Estado en este caso se encuentra ausente”, manifestaron los vecinos en una ruidosa protesta.

Fotos: Coco Yañez

Representantes de 104 familias de Guaymallén realizaron ayer una concentración en los portones de Bodegas Santa Ana para reclamar al Grupo Peñaflor (titular del establecimiento) que les permita concluir con la construcción de sus viviendas del barrio Urquiza II.

“Después de muchísimos años de lucha, las casas ya están en un 75% de avance de obra y ahora está todo trabado porque las cloacas tienen que salir por un terreno lindero a la construcción del barrio, y Peñaflor no da respuesta ni autoriza a que pase un caño por una lonja del fondo de su terreno”, explicó a EL OTRO Marcelo Lucero, tesorero de la Cooperativa de Vivienda Urquiza.

Marcelo Lucero.

La protesta se produjo luego de numerosos intentos frustrados de diálogo entre los vecinos y la empresa, y de los reclamos, también sin éxito, ante las autoridades del Instituto Provincial de la Vivienda y la Municipalidad de Guaymallén.

Con la inminencia de la esperada culminación del barrio, los propietarios temen que, una vez que la constructora deba abandonar la obra, no puedan ocupar sus casas por la falta del servicio de cloacas y queden expuestos al peligro de usurpaciones de terceros.

El sueño de la vivienda propia tuvo varios capítulos de pesadilla para las más de cien familias del Urquiza II. “Desde hace catorce años que estamos esperando. En el medio, la comisión (vecinal) anterior, conducida por Fabián Fredes y Ángel Oro, nos estafó con millones de pesos que ya se habían pagado”, manifestó Lucero, en medio de los aplausos y bocinazos que sonaron frente a la bodega ubicada en la calle Roca, casi Urquiza, de Guaymallén.

Los vecinos lograron reorganizarse y que su proyecto fuera incluido en la planificación del IPV del gobierno anterior. Con la nueva gestión avanzó la construcción del barrio en una propiedad adquirida por los vecinos a Peñaflor y, pese a que la obra tenía previsto un tramo de la red de cloacas por un terreno contiguo de la empresa (la única opción posible por los desniveles del predio), no se avanzó en las negociaciones oficiales para que se trazara una zanja, de unos cien metros, por donde se extendería un tramo de la red sanitaria.

 

“Es inexplicable que el gobierno con todo el poder político que tiene, tanto el IPV como la Municipalidad, no puedan darnos soluciones y tengamos que ser nosotros, simples vecinos, los que debamos venir a la bodega a tratar de ver si alguien nos da una respuesta, si van a permitir o no el paso de las cloacas. Porque si ellos dicen que no, hay que avanzar con la expropiación que ya pedimos en la Legislatura”, aclaró el tesorero de la cooperativa, quien además se quejó de que, entre Guaymallén y el IPV, los “peloteen para un lado y para el otro”, mientras Peñaflor no permite una obra “que no le provocaría ningún perjuicio y que ya tuvo una modificación sustancial a pedido de la firma”.

Ayer, luego del reclamo público, el Grupo Peñaflor se comprometió ante los vecinos a dar una respuesta para este jueves. Desde el IPV les comunicaron que, “sin generar falsas expectativas”, habría en los próximos días una reunión con “los propietarios chilenos de la empresa para dar una pronta solución al problema”.