A 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Espacio para la Memoria ex-D2 homenajeó a Mercedes Vega, Carlos Espeche, Rubén Bravo, Adriana Bonoldi y Marcelo Carrera, víctimas del último genocidio en Argentina.

Crónica fotográfica de Coco Yañez

 

 

Adriana Bonoldi

Nació el 10 de diciembre de 1953 y tenía ‒tiene‒ dos hermanos, Nino y Dedé.

Cursó la primaria en la Escuela Martínez de Rozas y la secundaria en el Magisterio, donde se recibió de maestra.Su hermano Nino la describe como afectiva, brillante, con un enorme compromiso ético, espontánea, hermosa. Una persona luminosa dotada para todo aquello que quisiera hacer.

Adriana tenía un especial talento musical. No sólo estudió piano en la Escuela de Música de la UNCuyo, sino que tocaba además la guitarra y cantaba. También trabajaba dando clases de música.

Adriana formaba pareja con Marcelo Carrera, con quien se casó en octubre de 1976. Ambos eran militantes del Partido Revolucionario del Pueblo (PRT) y colaboraban con la construcción de viviendas en un basural situado en la zona de La Estanzuela.

Según los testimonios de sus compañeros y compañeras de militancia, la “Colo” ‒como le decían‒ era linda, muy atractiva, además de una pianista brillante (…), por eso su nombre identifica al Aula Magna de la Escuela de Música de la Universidad de Cuyo.

Para una de sus alumnas de primaria, que entonces tenía 12 años, Adriana tenía una sonrisa que llenaba el alma y un enorme encanto. Informal, juvenil, bonita, llegaba con su morral tejido con flores, sus zapatillas y sus jeans y lograba entusiasmar con la música a sus pequeños alumnos y alumnas, que recuerdan “su juventud, su mirada diáfana, su alegría desbordante, el amor por la vida, el folclore, la música, y su patria…”.

El 1 de diciembre de 1976, luego de un acto escolar, Adriana fue secuestrada en la calle. Estaba embarazada desde hacía muy poquito tiempo. El niño, hijo de Adriana y Marcelo, nació en cautiverio, según declaró durante el desarrollo del IV juicio por delitos de lesa humanidad su hermano, Juan Eduardo Bonoldi. Las familias Carrera y Bonoldi los buscaron y aún los buscan incansablemente.

El paso de Adriana por la escuela dejó una impronta en “el corazón de cientos de chicos que cantamos en aquel último año de la primaria ‘y rasguña las piedras y rasguña las piedras y rasguña las piedras hasta mí….’”, dice María Ester Correa.

Fuente: lesahumanidadmendoza.com

Marcelo Carrera

Nació en Mendoza el 3 de noviembre de 1955, integraba una familia formada por su madre, Esther, su padre, Guillermo y su hermana Mariú. Marcelo era el menor.

Hizo la primaria en la escuela Daniel Videla Correas, ubicada en el barrio donde vivían y tuvo una infancia feliz en una casa antigua, muy grande, donde “teníamos perros, gatos, una paloma, árboles, un horno… era una casa siempre llena de chicos”.

Su hermana lo describe como juguetón, activo, deportista, rebelde, bonito, lúcido, con una enorme capacidad para hacer amigos en todos los lugares donde desarrollara sus actividades.

Marcelo creció entre el barrio, el deporte y una escuela a la que prestaba atención escasa, tanto que “pasó por todas las escuelas que existían” durante la secundaria, desde el Colegio Nacional hasta el Bachillerato del Oeste. Su mundo, más bien, estaba formado de música y los deportes, que le encantaban. Jugaba al rugby en el Mendoza Rugby Club.

Cuando el jovencito travieso y activo creció, su inteligencia aguda y su manera filosa de ser lo fueron despertando a la vida política. A partir de un viaje a Buenos Aires, realizado en junio de 1973, en tiempos de la llegada de Perón a Ezeiza, Marcelo obtuvo de Rubén, su cuñado, un contacto con el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en Mendoza.

Apenas volvió de Buenos Aires se conectó con Sebastián Llorens y Diana Triay e inició su militancia con la gente que vivía entonces en el basural ubicado en la actual zona de La Estanzuela. También había conseguido trabajo en YPF desde 1974 y estaba en pareja con Adriana Bonoldi, una joven profesora de Música.

Marcelo y Adriana compartían la militancia y la música. A él le encantaba escuchar folclore, pero también rock, tocaba la guitarra y disfrutaba de cantar con Adriana.

Marcelo fue secuestrado el 24 de noviembre de 1976 por un grupo de hombres que ingresó en su casa, en la calle Democracia de Godoy Cruz. Poco tiempo antes (el 21 de octubre de 1976) había sido detenido ilegalmente por personal de la Comisaría 7ma. de Godoy Cruz Juan Rubén Bravo, su cuñado, compañero de militancia y amigo, y el 1 de diciembre Adriana, que estaba embarazada de muy poco tiempo, fue secuestrada en la calle a plena luz del día.

Su hermana lo recuerda tierno, bromista, agudo, protector y desgrana suavemente: “mi relación con él ha sido y seguirá siendo franca, directa, como inseparables desde que nació”.

Fuente: lesahumanidadmendoza.com

Juan Humberto Ruben Bravo Zacca

Nació el 17 de marzo de 1950 en Maipú, Mendoza. Era de actor de teatro. Militaba en el PRT-ERP.

Fue secuestrado de su domicilio en Mendoza Capital el 21 de octubre de 1976.
Estaba con su mujer, su madre y su hija cuando se lo llevaron violentamente unas siete personas armadas. Desde el 21 de octubre de 1976 está desaparecido. Fue visto por Pablo Seydell en la Comisaría Séptima de Godoy Cruz esa noche o la siguiente.

Fueron presentados tres Hábeas Corpus: por su suegro, su suegra y su esposa respectivamente. Los tres fueron rechazados con costas sistemáticamente y solamente en el segundo fue notificado el fiscal Romano. Aunque cada recurso aportaba nuevos datos, la actuación de la Justicia Federal por los hechos siempre fue indiferente.

Aún sigue desaparecido.

Fuente: https://www.losaparecidos.com/juan-humberto-ruben-bravo-zacca/

 

Mercedes Salvadora Eva Vega

Nació en Mendoza el 15 de enero de 1948. Su familia estaba compuesta por María Faliti, su madre, Juan Vega, su padre, y sus hermanos Juan Carlos, Elina y Eduardo. Su nombre, Salvadora Eva, había sido escogido por su padre, quien era peronista y militante sindical de Agua y Energía.

«Mecha», como le decían, realizó sus estudios secundarios en el Colegio San Pedro Nolasco, donde se recibió de maestra. Luego comenzó a trabajar en la peluquería de su madre, ubicada en la cuarta sección. En 1968, cuando tenía veinte años, ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo, donde en setiembre de 1974 obtuvo el título de Médica.

En la Facultad de Medicina conoció a Carlos Espeche (también médico), con quien se casó el 5 de febrero de 1972 y concibió dos hijos, Ernesto y Mariano. Sobre esto cuenta Ernesto: “En la Facultad de Medicina fue el ámbito, no sólo para que ellos tomaran contacto -se conocieran digamos- sino para que empezaran la militancia (en el PRT). La Facultad de Medicina tuvo como particularidad por lo que yo pude averiguar con testimonios, amigos de ellos, compañeros médicos que la militancia del PRT, particularmente, fue muy fuerte”.

 

Mercedes se desempeñó como médica en los hospitales Lencinas y Lagomaggiore. En 1974, la familia se mudó al barrio General Espejo, en Las Heras, donde se involucraron activamente con las problemáticas sociales y sanitarias de la zona. Ernesto cuenta: “Eran los médicos del centro de salud y vivíamos en la casa de al lado (…) De hecho ellos detectan que el principal problema de salud del barrio tenía que ver con la contaminación del agua; infecciones, hepatitis y algunas enfermedades asociadas al agua no purificada. Entonces logran el agua potable en el barrio.” El Centro de Salud, hoy lleva sus nombres.

En 1975 el matrimonio decidió distanciarse, como medida de seguridad. El 7 de junio de 1976 Mecha fue secuestrada en su domicilio de calle Ituzaingó de Ciudad, donde se encontraba con sus dos hijos. Carlos había iniciado, un año antes, un itinerario en la clandestinidad que lo llevó primero a Buenos Aires y luego a Tucumán, donde fue asesinado el 4 de abril de 1976 (identificado por el EAAF en noviembre de 2014).

Fuente: lesahumanidadmendoza.com

 

 

Carlos Rafael Espeche Díaz

Nació en la Provincia de Córdoba. Según se relata en Apuntes de la Memoria de Víctimas, era profesor de la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo y Jefe de Residentes en el Hospital Central de Mendoza.

Allí conoce a la que luego fuese su esposa, Mercedes Salvadora Vega, también médica. Tuvieron dos hijos.

Comienzan la militancia, trabajando y viviendo en barrios populares, como el Barrio Espejo en Las Heras. El Centro de Salud de dicho barrio lleva sus nombres. Su logro principal fue conseguir el agua potable del barrio ya que habían observado y registrado esa necesidad de salud pública para los habitantes del lugar. Hicieron que los propios vecinos tomaran conciencia de que organizándose políticamente podían lograr un montón de demandas, que hacían a la calidad de vida de la zona.

De acuerdo al relato de su hijo Ernesto, que consta en la Audiencia 26 de los Juicios de Lesa Humanidad en Mendoza (17/07/2020), sus padres habrían decidido que su madre quedara a cargo del cuidado de los hijos de la pareja en Mendoza, mientras su padre viajaba a la provincia de Tucumán. Luego que su madre hacía tiempo que desconocía el paradero de su padre Carlos, comenzó su búsqueda. “Ella hizo todo lo que podía, no paraba de buscarlo…”

Carlos Rafael Espeche Díaz fue secuestrado en marzo de 1976, en Tucumán, a los 29 años. Se logró identificar sus restos en el Lugar llamado Pozo de Vargas de Tucumán.

Alicia Peña, ex estudiante de Letras, expone en un reportaje de Apuntes de la Memoria que la Universidad debe cumplir con su papel que es “el servir a la comunidad”. El Médico Espeche Díaz logró trascender ese legado de nuestra Universidad hacia la comunidad mendocina, y se lo recuerda como un fiel agente de la construcción social en la salud pública.

Fuente: https://fcm.uncuyo.edu.ar/carlos-rafael-espeche-diaz

 

 

Xumek: “Ni un paso atrás, ni para tomar distancia”

La patota del D2 a la caza de los bancarios