Una simpática campaña publicitaria del gobierno de Mendoza estimula a la población a darle prioridad a los mayores en los asientos del colectivo, o en la fila para hacer algún trámite. Sin embargo, los ancianos y ancianas son maltratados por el Estado en las instituciones públicas que los deben proteger. Una denuncia penal señala abandono de personas en el hospital geriátrico Héctor Gailhac.

“Su edad le da prioridad”, sentencia una campaña del gobierno de Mendoza ampliamente difundida en el espacio público, medios gráficos y audiovisuales. La costosa propuesta propagandística, con insólitos dibujos en donde los ancianos y ancianas son representados por números, invita a los ciudadanos a “respetar los asientos reservados” en los colectivos, o a darle “tu lugar en la fila” a los abuelos.

La cruda realidad de los establecimientos sanitarios dependientes del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes de Mendoza es bien distinta del mundo publicitario oficial. El Estado, que debe tutelar a nuestros adultos mayores, lejos de hacerlo los somete a condiciones humillantes.

Denuncia penal

Parte del texto de la denuncia presentada por SITEA. Leé el escrito completo aquí

De acuerdo con una denuncia penal presentada la última semana por el Sindicato de Trabajadores Estatales Autoconvocados (SITEA), en el hospital geriátrico Héctor Gailhac los/las pacientes viven condiciones de hacinamiento, falta de higiene general y de ventilación en salas, insuficiencia de sanitarios y filtraciones por las lluvias, entre otras graves irregularidades.

En el escrito, presentado ante la justicia, el secretario general Federico Lorite enumera una serie de falencias básicas en el centro asistencial de Las Heras, entre las que se destacan el hacinamiento producto de la unificación de dos pabellones de hombres (desde julio de 2016), insuficiente espacio en el comedor (algunos pacientes deben comer en los pasillos o en sus camas), ausencia de ventilación que permita una adecuada temperatura para los pacientes y falta de intimidad por la inexistencia de cortinas en los baños, debido a que solo se cuenta con una ducha para 24 pacientes que “quedan expuestos a la mirada del personal y personas ajenas al servicio”. 

Foto: gentileza SITEA

 

Foto: gentileza SITEA

 

La presentación apunta a fallas estructurales del edificio del hospital que ocasionan filtraciones en los días de lluvia, y a desperfectos en el generador eléctrico, lo que provoca la pérdida en la cadena de frío en alimentos, reactivos, medicamentos, etc., cuando se corta la energía. También se consigna la ausencia de refrigeración en la morgue, mal funcionamiento de las luces de emergencia e incumplimientos de las normas de bioseguridad. “Hay dos contenedores por servicio los cuales no son suficientes para albergar tanta ropa de cama y de pacientes, las cuales están contaminadas con fluidos corporales”, denuncia SITEA.

Foto: gentileza SITEA

 

Foto: gentileza SITEA

 

La pésimas condiciones afectan también a los trabajadores y trabajadoras del hospital, situación que se agravaba por la insuficiencia de personal para atender las necesidades de los/las ancianos/as. Este estado se encuentra atrozmente graficado en uno los párrafos de la denuncia del sindicato: “Resulta ser que por la falta de personal en el momento que se está dando la cena, baldean pisos evitando que nosotros hagamos el trabajo que corresponde, y además corriendo el riesgo de ser accidentados por los productos químicos utilizados, ya que esta franja etaria de 70 a 90 años aproximadamente y con discapacidades múltiples tienen que ser asistidos en la alimentación y así evitar broncoaspiraciones, que terminan siendo letales…”

Abandono de personas

La ministra de salud, Claudia Najul, junto al gobernador Cornejo. Foto: Coco Yañez

 

Desde SITEA apuntan a la directora del Gailhac, Patricia Malvilla, como la responsable del grave estado del hospital y de la vulnerabilidad de sus pacientes. Por lo que solicitaron a la fiscalía -que interviene en el caso- investigue la posible comisión de los delitos de abandono de persona y abuso de autoridad, previstos en los arts. 106 y 248 del Código Penal.

No obstante, las responsabilidades políticas se extienden también a las autoridades del Ministerio de Salud. No es la primera vez que la mala administración o la ausencia de políticas para la tercera edad exponen a adultos mayores a cargo del Estado a condiciones indignas.

EL OTRO ya dio cuenta, en diciembre del año pasado, sobre la desidia y el abandono reinante en el Hogar Santa Marta de la Ciudad de Mendoza. Señalamos entonces que la admisión de pacientes con problemas psiquiátricos empeoró la estadía de los ancianos. De acuerdo con testimonios de residentes de ese hogar y de personal que trabaja allí, esas malas condiciones aún no han cambiado.

 

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