El Décimo Segundo juicio por Delito de Lesa Humanidad en Mendoza concluyó con la pena máxima para el único imputado. El represor Mario Guillermo Ocampo recibió su tercera condena a reclusión perpetua. Un grupo de ex presos políticos de San Rafael, entre los que se encuentran las víctimas de los hechos que se investigaron, participaron de la audiencia final del histórico proceso judicial.

Por Juan Sajor | Fotos: Coco Yañez

Este lunes a las 13.34, hora en la que el Tribunal Oral Federal 2 dio a conocer la sentencia para el represor Mario Guillermo Ocampo, por ser responsable de una serie de secuestros sucedidos en San Rafael durante 1976, los hombres se miraron con satisfacción y algunos se abrazaron. Seis estaban incluidos en la causa por ser víctimas de los hechos investigados.

El grupo de ex presos políticos de San Rafael había llegado al TOF 2, en la Capital de Mendoza a las 10, hora establecida para el inicio de la última audiencia del juicio, pero tuvieron que esperar un “cuarto intermedio” de más de tres horas para conocer la sentencia. Aguardaron con paciencia, como en los últimos  46 años.

 

 

 

El represor, que siguió el juicio desde un country de Pilar donde purga prisión domiciliaria, escuchó su tercera condena a reclusión perpetua sin inmutarse. En 2021 fue señalado como responsable de los delitos de lesa humanidad cometidos en 1980 contra 47 militantes de Montoneros. En 2022, condenado por la desaparición del soldado Félix Órdenes Velázquez perpetrada en 1976. Y en este proceso, los hechos lo vincularon directamente a los secuestros y tormentos de 13 personas de San Rafael –entre marzo y noviembre de 1976- cuando era el número tres de la VIII Brigada de Infantería de Montaña, órgano encargado de la “lucha contra la subversión” en el sur de la provincia.

La organización vence al tiempo

Durante la espera, el puñado de ex presos políticos aprovechó para el café, para ponerse al día y para tomarse unas fotos con la bandera que habían colgado en el ingreso a Tribunales. Un cartel con los rostros y los nombres de 45 detenidos desaparecidos del sur de Mendoza. Entre esas caras figuraba José Guillermo Berón, “Pepe”, el único de los 13 secuestrados que continúa desaparecido. El 28 de agosto de 1976 fuerzas de seguridad lo detuvieron y lo llevaron a una casa que funcionaba como CCD, luego a una comisaría y días después a la Casa Departamental. Su familia tuvo noticia de él hasta el 8 de octubre de ese año. Luego, les dijeron que había sido trasladado, pero en los hechos no volvieron a saber de su paradero. Era trabajador viñatero, peronista y su familia sufrió detenciones y maltratados durante y después de la dictadura.

Trabajador raso, justicialista y víctima de ataques a familiares son los tres factores en común de la lista de las víctimas de este proceso. Solo algunos participaban del mismo espacio de militancia, pero todos comparten un hecho en común: el día del secuestro, también arrestaron de forma violenta a miembros de sus familias, esposas, hermanos, sobrinos y hasta a sus hijos. De hecho, tres de las mujeres detenidas en estos operativos dieron testimonios durante el debate. Los relatos de Epifanía Torres, Marta Susana Agazzini y Esther Dauverné resultaron clave para el avance del proceso. Las tres detallaron el nivel de saña de los poderes de facto del Estado para con su familiares y ofrecieron nombres concretos para determinar responsabilidades.

Mario Bracamonte y Roberto Flores se encontraron a principio de los 70 militando la misma causa: mejorar las condiciones del Barrio Constitución. En un tirón Mario resume, “En 10 cuadras teníamos dos faroles en la calle y un surtidor de agua potable para todas las casas. Entonces los muchachos nos pusimos a trabajar, a pelear por esos derechos que nos faltaba y logramos más luces, más agua, mejoras en nuestras viviendas, que la hacíamos nosotros, saneamiento. Colaborar con la escuela Hortensio Ojeda, las instituciones del barrio. Era un barrio muy precario para la época. Esa era nuestra militancia. Después empezamos a trabajar para Martínez Baca Gobernador y para que Chafi Félix fuera intendente, y se ganó, pero cuando asumió no reconoció nuestro trabajo y nos apartó. Cuando llegó el golpe apuntó hacia nosotros. Fuimos torturados bajo los sótanos de Tribunales en San Rafael. En la noche caía el mayor Suárez, caía con toda su comitiva Guevara, Mussere, Lavarta y entre ellos el capellán Franco Revérberi que iba vestido de militar y con el arma”.

En la vuelta de la democracia ambos siguieron en espacios de militancia, se sumaron a la asociación de ex presos que, aseguran, fue lo que los salvó de los tiempos más difíciles del largo camino de búsqueda de justicia. “Valoramos esta oportunidad ante la Justicia Federal argentina de expresar todas las injusticias que vivimos. Los culpables tienen la oportunidad de pasar por un tribunal, nosotros nunca, ninguno de los desaparecidos ni los ex presos fuimos acusados de algún delito en sí. Nos tomaron, nos llevaron, fuimos torturados y durante la democracia sufrimos persecuciones permanentemente, pero nunca tuvimos sed de venganza, únicamente sed de justicia”, sopesa Raúl.

La nómina de víctimas de la causa se completa con Sergio Chaki , Hugo Riera, Luis Enrique Barahona, Pedro Ítalo Carrozo, Rodolfo Ibáñez, Héctor Masini, Germán Ríos, Humberto Ramón Roca, Héctor Ramón Ortiz Bellene, Diego Pousadela y Miguel Luis Sabez.

Al momento de la lectura del fallo, la sala del TOF 2 estada parcialmente ocupada, ex presos, integrantes de los Organismos de Derechos Humanos, periodistas y letrados llenaban la mitad de las butacas. Pero al escuchar la sentencia la sala se colmó. Entre los aplausos y la arenga, el puñado se hizo grande y de repente eran muchos más que en la foto con la bandera. 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos: ¡Presentes! ¡Ahora y siempre! ¡Ahora y siempre!

Foto: Gentileza

 

¡Fue genocidio!