Una docente mendocina de Nivel Inicial viaja desde el año 2015 por Latinoamérica para registrar el trabajo que se desarrolla en escuelas alternativas. Basada en la pedagogía de Emmi Pikler, lucha porque en nuestro país se implemente una educación más respetuosa y reflexiva. En diálogo con EL OTRO, Mayi Rizzo, quien además se especializa en Psicomotricidad educativa, preventiva y terapéutica, relata cómo llegó a tomar la decisión de dar luz verde a este proyecto tras haber logrado, después de varios años de trabajo, la titularidad en la docencia. Asimismo describe las experiencias que ha vivido desde que emprendió la ruta con cámara en mano y en su Kangoo: “Uno de los objetivos es poder realizar un video documental de todas las experiencias que he filmado en las escuelitas, que van desde los espacios, los materiales y las entrevistas a las personas que las integran”.

Por Milagritos Contreras | Fotos: Gentileza

La maravillosa experiencia que Mayi Rizzo, docente de Nivel Inicial y licenciada en Psicomotricidad, ha vivenciado hasta el día de hoy es lo que tiene como nombre Viajando por la educación. En diálogo con EL OTRO explica cuáles fueron los motivos que la llevaron a dejar la educación obligatoria formal para indagar más sobre escuelas alternativas: “No me sentía conforme con muchas cosas para ese momento, por ejemplo las condiciones de trabajo para las trabajadoras y los trabajadores de la educación no eran las más cuidadas, ese fue uno de los puntos de inflexión, de reflexionar sobre mi rol como educadora y como trabajadora. Me planteé realmente mi función como educadora, es decir lo que yo aspiraba, mi verdadero objetivo, de poder compartir lo que yo sabía, eso era al principio lo que yo creía que era ser educadora y luego con el tiempo me di cuenta que más que compartir, decir, trasmitir, se trataba de generar los espacios para que las y los peques fueran quienes construyan el aprendizaje, de poder acompañar y poder desarrollar una autonomía propia del aprendizaje, fue lo que fui viendo con el tiempo y que me daba cuenta de que no era la misma idea o el mismo objetivo del sistema educativo. Entonces empecé a ver características del sistema educativo estatal y obligatorio que no coincidían con mis conceptos de libertad, autonomía y con lo que me imaginaba y quería que fuera la educación”.

Antes de emprender esta aventura por nuestro continente, Rizzo trabajó por más de diez años en varias escuelas estatales de Mendoza, además es integrante de La Red Cuna, espacio que la impulsó en cierta forma a tomar esta decisión que cambió su visión sobre el funcionamiento de las escuelas. “Gracias a seguir reuniéndome y formar parte de la Red Cuna fue que pude seguir reflexionando sobre nuestras prácticas en los jardines maternales y sobre la teoría de distintas pedagogías. En este grupo teníamos un eje en común, que es la pedagogía pikleriana de la pediatra Emmi Pikler, que se basa en un estudio científico del desarrollo de la autonomía y de la libertad de movimiento de las personas de 0 a 3 años. Al empezar a estudiar observamos que la mirada de esta teoría va en camino muy opuesto a la mirada que tiene el sistema educativo y hasta el sistema de salud respecto a los primeros años de vida, basándose en la estimulación temprana, no en la atención temprana”, afirmó la docente.

En este sentido, la profesora aseguró lo importante que es recurrir a pedagogías que brindan resultados más favorables como la de Emmi Pikler. “La estimulación temprana se empezó a desarrollar hace mucho tiempo cuando no se consideraba a la niña y al niño como un ser correspondiente de sus habilidades y capacidades, antes la salud no tenía en cuenta a la niñez, de a poco se fueron incorporando investigaciones y leyes como los derechos de la niñez para darle una fortaleza al ser pequeño, pero siempre para llegar a un objetivo marcado por un adulto, ya sea desde la educación o la salud; es decir estimular y estimular para que el pequeño o pequeña llegue a ese objetivo, porque si no lo hace esta persona no es considerada normal, apta o hábil”, resaltó y añadió que “el sistema educativo ha repetido esa teoría, que sirvió al principio al no tener otros estudios sobre la niñez, pero hoy en día con toda la cantidad de investigaciones que hay sobre el desarrollo infantil se puede ver de que esa teoría no sólo no sirve sino que perjudica el desarrollo de la infancia”.

“Se trata de realizar un cambio profundo”

Según explica Mayi Rizzo, al no contar con el aval del Estado estas escuelas se sostienen de forma privada, donde las familias dedican gran parte de su vida a organizarse en comisiones, muchas veces, para poder financiarla: “Al no estar formalizado por el sistema educativo estatal mucha gente descree de las escuelas alternativas, piensa que son creadas como de la nada misma y en realidad hay una importante base científica sobre esto. Lo extraño es que habiendo tantas personas que se han dedicado a la investigación durante los primeros años de vida, sigamos manteniendo teorías viejas. Considero que en lo político se debe reflexionar acerca de las nuevas pedagogías y estudios, y poder así incorporarlos o aplicarlos en la sociedad”.

Se trata de realizar un cambio profundo, lo cual involucraría tanto al sistema económico, social y educativo, remarca Rizzo: “Se podría empezar con el cambio estructuralmente; de las estructuras de las escuelas, de los espacios de las salas, de los materiales, reflexionar también sobre la indumentaria, que la vestimenta sea la más cómoda para utilizar el cuerpo y para introducir todos los aprendizajes que queramos atravesándolos por el cuerpo y por la experiencia. Hay muchas escuelas que se llaman alternativas y que han incorporado este tipo de transformación estructural, que a la vista es mucho más agradable e invita a la diversión y a jugar. Habría que reducir la cantidad de niñas y niños por aula, porque ya se sabe que una persona adulta no puede estar acompañando a una cantidad grande de niños y niñas, porque se pierde el verdadero objetivo”.

Y en este tipo de transformación que plantea la educadora, reflexiona: “Se trata de analizar realmente qué es la educación, ¿por qué estamos ciertas personas encargadas de cumplir con el rol de acompañar a ciertas niñas y niños para que vayan desarrollándose, creciendo, de qué manera?, ¿por qué los contenidos están preparados para cierta edad?, ¿seguimos considerando esos contenidos como importantes?, ¿incluimos los contenidos de la actualidad para que se pueda ir reflexionando, aprendiendo?, ¿nos basamos en los deseos o las necesidades que las niñas y niños quieren?, ¿transformamos las planificaciones, nuestras ideas preparadas y llegamos a  las ideas que las niñas y niños quieren aprender?, ¿cuál es el miedo que existe en el sistema educativo de desviarnos con los deseos que las niñas y niños quieren desarrollar y aprender?”.

Mayi también insiste en lo fundamental que es que el sistema político se involucre responsablemente en este cambio: “Sería bueno que pudiesen ocupar puestos políticos personas idóneas realmente en educación, que hayan tenido como mínimo diez años de experiencia en las salas, para que a partir de esa experiencia se puedan llevar a cabo transformaciones positivas, que hayan podido investigar sobre otras pedagogías”.

La integrante de La Red Cuna además contrasta puntualmente la estimulación temprana con la atención temprana, y resalta lo crucial que es poner foco en ésta última. “En cuanto a la estimulación temprana, ha hecho que las personas se vean empujadas a llegar a ciertos parámetros evaluativos porque, de lo contrario, no se las considera una persona ‘apta’, y esto ha tenido como consecuencia de que las personas se vayan desarrollando con esa ambición en distintos sentidos, entonces hay que plantearnos si ese es uno de los objetivos que queremos en la educación. A la mayoría de las personas con quienes he charlado sobre este tema no les interesa eso, al contrario, les interesa personas que puedan relacionarse con otras de forma saludable, respetuosa, de que haya una buena relación con el medio ambiente sin tener que intervenir y dañar, que hayan podido tener una educación emocional en donde les dieron espacio a la palabra, de poder haber experimentado con el cuerpo muchas actividades, sensaciones para poder luego lograr la comprensión de otras situaciones o acciones, de poder hacer acuerdos en grupos para un mejor convivencia, donde las niñas y niños tengan voz para decidir qué cosas les gustaría cambiar de la escuela, qué cosas les gustaría aprender, hacer salidas, poder contar situaciones de la familia e ir aprendiendo cómo mejorar esa convivencia familiar. Hay muchos caminitos que se abren cuando acompañamos el aprendizaje, la enseñanza, la educación o el desarrollo de una persona desde la otra mirada, desde la mirada de confiar en este ser que está queriendo ir desarrollándose sin que nadie lo obligue a ser otra persona que no es”.

Video documental en marcha

Mayi Rizzo comenzó su recorrido en el año 2015 para concretar su valioso sueño al que denominó Viajando por la educación. Recorrió Córdoba, Rosario, luego llegó a Uruguay, Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica. Pasaron varios años y para finales del 2019 decidió regresar a Mendoza: “En este último país me sentía muy cansada, estaba bastante débil y hacía tiempo que no visitaba a la familia. Entonces, a fines del 2019, mi familia me regaló un pasaje para regresar a visitarla y recuperar energías, pero el auto quedó en un depósito de almacenaje de la aduana de Panamá. Volví a Mendoza, pero el objetivo era retornar a Panamá para buscar mi vehículo y continuar hasta México, sin embargo en marzo del 2020 llegó la pandemia, cerraron fronteras y desde allí me van cancelando mi boleto de avión y lo tengo que posponer. Así que desde esa instancia hasta ahora es que estoy en Mendoza recuperando energías y siguiendo con el proyecto pero desde otro lado; revisando material, clasificando imágenes, armando la página luego de que me la donaran, para que este trabajo continúe y se pueda lograr también el video documental”.

“Uno de los objetivos del proyecto –insiste Rizzo- es poder realizar un video documental de todas las experiencias que he filmado en las escuelitas, que van desde los espacios, los materiales y las entrevistas a las personas que las integran. En la primera parte del viaje donde llegué a América Central, ese material ya está registrado y lo que hay que hacer es guionarlo, editarlo, armarlo”.

Finalmente Rizzo deja abierta la posibilidad de que otras personas se integren a su proyecto: “Hay gente que me apoya en este aventura, pero no dejo de invitar a quienes quieran sumarse; ya sea a editar videos de los registros con los que cuento, a manejar redes sociales, donando dinero para poder continuar con la financiación del proyecto, será bienvenida o bienvenido quien desee sumarse”.

La pedagogía de Emmi Pikler

Foto: Wikipedia

La pediatra Emmi Pikler nació el 9 de enero de 1902, realizó sus estudios en Viena durante los años 20 del siglo pasado, en la cuna europea de las ideas reformistas. Su espíritu autodidacta se nutrió del psicoanálisis, del constructivismo, de la teoría del apego y de autoridades de la pedagogía como Montessori o Steiner. Su visión del niño pequeño –un ser activo, competente, capaz de iniciativas– le lleva a convencer a las familias que ella acompaña desde su rol profesional, de lo adecuado del desarrollo motor autónomo y de la importancia de una actividad auto-inducida y conducida por el niño mismo.

Demostró su “visión del niño como ser autónomo” durante décadas, hasta que su tesis alcanzó validez científica, observando, reflexionando y registrando la actividad cotidiana de cientos de niños y niñas en el “Hogar Infantil” de la calle Lóczy (Budapest), después “Instituto Lóczy”, que Emmi Pikler dirigió desde 1946 hasta 1979. Cientos de criaturas, cuyas familias biológicas no las podían mantener a su cargo, encontraron en Lóczy un verdadero hogar, más que un orfanato. Pikler se esforzó en cubrir todas sus necesidades, ofreciéndoles el máximo bienestar y favoreciendo su óptimo desarrollo en todos los planos de la persona (físico, emocional, cognitivo, social). En la casa cuna de la calle Lóczy nace así un modo de encargarse de los niños pequeños original e innovador. Sin buscar reproducir la relación maternal, proyecto vano en una institución, Emmi Pikler y sus colaboradoras permitirán a los niños establecer vínculos cálidos con sus cuidadoras, gracias a una atención exclusiva ofrecida a cada uno durante los cuidados, a una coherencia en la vida cotidiana, a una estabilidad de los adultos y a las respuestas finamente adaptadas a las necesidades individuales.

Pikler desarrolló una serie de Principios Pedagógicos que propone una manera diferente de mirar al niño, que se explicita en un cambio de actitud del adulto, una transformación del rol que desempeñamos (padres-madres-educadores/as) en nuestra relación con cada niño y niña, quedando los adultos en un lugar de igualdad y respeto en relación con los bebés. Para favorecer la calidad de este vínculo Emmi Pikler crea un sistema de cuidados único y original, casi un arte, convirtiendo los momentos cotidianos de los cuidados (aseo y vestido, lactancia y comidas, porteo, estar en brazos e inducción al sueño) en momentos privilegiados, de máxima intimidad, atención y contacto, en los que el bebé  experimenta e integra vivencias esenciales que cimentan la seguridad emocional que necesita para sentirse disponible a nivel psicomotriz y mostrarse activo en la exploración de su entorno, y así poder apropiarse del mundo externo por propia iniciativa, favoreciendo el aprendizaje autónomo.

Emmi Pikler falleció en 1984. En la actualidad el Instituto Pikler continúa recibiendo niños con la misma rigurosidad y preocupación en su bienestar, con la misma voluntad de ofrecer a cada uno lo que necesita. Estos aportes se han extendido en forma universal, especialmente en la atención de sala cuna

(fragmentos extraídos del portal: https://educrea.cl/pedagogia-pikler-para-el-dia-a-dia-en-la-escuela/).

 

A reina puesta, reina opuesta