En clave de repudio, centenares de pibes y pibas se dieron cita el sábado por la tarde en Plaza Independencia para denunciar la violenta irrupción policial durante una competencia de rap y freestyle en el parque Canota. Carla Moya, detenida ese día, asegura que “hay una persecución sistemática contra la juventud” y que “ahora la lucha es por Emanuel”, quien continúa privado de la libertad en una dependencia policial bajo la imputación de resistencia a la autoridad.

Por Redacción EL OTRO | Fotos: Seba Heras


 

Con consignas como “Basta de reprimir a la juventud”, “No al código contravencional” o “Tirar rimas no es delito”, un numeroso grupo de jóvenes -principalmente nucleado en expresiones de la cultura urbana- se concentró el sábado en Plaza Independencia de la Ciudad de Mendoza para repudiar y denunciar la violenta represión policial ocurrida en el parque Canota de Maipú, el lunes de la semana pasada, en el momento en que se realizaba una competencia rapera.

Ese día, según informó CORREPI (Coordinadora contra la represión policial e institucional), detuvieron a cuatro jóvenes: “Antonella, Israel, Carla y Emanuel. Desde el primer momento la detención se desarrolló dentro de los marcos de la ilegalidad. Las pibas fueron aprehendidas y llevadas al calabozo por policías hombres, además de haber sido golpeadas. En la comisaría se les negó el derecho a realizar una llamada, les incomunicaron argumentando protocolo por covid-19 para imposibilitar que tuvieran contacto con sus familias. Pasaron frío y hambre, les quitaron la medicación, les privaron la comida y abrigos que sus familias les intentaban hacer llegar. Continuaron las burlas, amenazas, hostigamientos, insultos hacia les pibes y hacia las familias que estuvieron en la puerta de la comisaría desde ese lunes hasta el miércoles a las 14 cuando las pibas recuperaron la libertad”.

Carla Moya

 

 

 

Durante el encuentro del sábado, en clima de performances, freestyle y arte callejero, el foco del reclamo estuvo puesto en el pedido de libertad para Emanuel Silva -oriundo de Tupungato- quien continúa detenido a la espera de que lo trasladen a la Penitenciaría, tras ser imputado por resistencia a la autoridad.

Carla Moya y Antonella Álvarez también fueron imputadas por la misma causa y tras ser liberadas, están siendo asesoradas legalmente. En diálogo con EL OTRO, Carla explicó que “estuvimos analizando la situación con mi abogado. Hay muchas cosas que están a nuestro favor. Una de las cosas más importantes es que no se puede tener a una persona detenida por más de doce horas por averiguación de antecedentes. Y a nosotras nos detuvieron por eso y estuvimos dos noches y tres días. Nos abrieron una causa por resistencia a la autoridad, para justificar que nos tuvieron tanto tiempo. Pero nunca ocurrió en ningún momento, de hecho analizando y yendo para atrás, nunca nos resistimos. Por eso estamos viendo todo lo que estuvo mal hecho, el maltrato físico –a Antonella le pegaron entre dos policías varones- y ese video que filmó uno de los chicos que estaba ahí, cuando fue detenido, se le obligó a que lo borrara bajo amenaza de muerte. Fue algo completamente injusto y tenemos todas las pruebas a nuestro favor”.

Respecto al encuentro realizado el sábado, la joven sostuvo que le “gustó, estuvo bueno y hubo una energía muy linda la que se vivió, la de juntarnos. Además, no solamente reunir a la gente del rap, sino también malabaristas, músicos y artistas callejeros. Aunque siento que todavía falta apoyo, la realidad es que luego de la concentración debimos estar en la comisaría acompañando a Emanuel, algo que estoy haciendo todos los días. Pero cada uno tiene su forma de pensar y sus miedos, porque en este caso hay muchas razones para tener miedo”.

“Con Emanuel ya nos conocíamos, nos hicimos muy amigos. Yo soy rapera pero todavía no empiezo a competir, estoy como jugando y yendo a las competencias, Ema sí es rapero”, deslizó Carla. “Ahora estoy concentrada en ayudar a Emanuel, que solo tiene a su abuela que vive en Tupungato y es una mujer muy mayor que tiene a cargo cuatro niños. Ella confía en que yo le voy a estar avisando qué pasa con él”.

En relación a la situación de su amigo, Carla aseguró que está “peleando todos los días por la libertad de Emanuel, al menos que lo saquen del calabozo, donde lo tienen incomunicado y ha sido golpeado. Nos vienen diciendo desde el jueves que sería trasladado a la Penitenciaría, pero hasta hoy (por ayer lunes) no lo habían trasladado, supuestamente porque no hay cupo”.

Moya también se extendió en una reflexión sobre el accionar policial y estatal: “me parece que hay una persecución sistemática contra la juventud, sobre todo contra quienes nos dedicamos a la cultura urbana, al arte callejero. No persiguen a los chicos que están haciendo una fiesta electrónica en el Parque General San Martín o una juntada en sus autos en algún lado. Justamente hace poco esta policía estaba invitando a una fiesta clandestina. Yo solo hace dos meses que estoy en el ambiente del rap y en cada competencia que he estado, que se hacen tres o cuatro veces a la semana, ha caído la policía”.

“Es siempre a nuestros grupos, puede estar el parque Central repleto de gente tomando y van directo hacia nosotros. Creo que tiene mucho que ver que al ser artistas callejeros presumen que estamos todo el día en la calle drogándonos o cosas por el estilo. Cuando en realidad lo espectacular que yo he visto es que hay un montón de chicos y chicas que están estudiando, están trabajando, de todas las clases sociales. Que nos juntamos a pasarla bien y expresarnos en un lindo ambiente. Así lo conocí a Emanuel, gracias al rap. Y esto nos unió. Pero a pesar de eso, están todo el tiempo criminalizando y diciendo que lo que estamos haciendo está mal, cuando es lo que a muchos, de distintas formas nos ayuda. Es algo hermoso y lo terminan poniendo como algo demoníaco”, concluyó la joven reprimida en Canota.

 

 

 

 

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