En la actualidad la mensualidad de un contratista de viña alcanza para cubrir sólo el 25% del valor de la canasta básica. Resueltos a conseguir mejoras, en las últimas semanas una organización de base del sector salió a las calles para visibilizar el reclamo. Inflación, precarización, pérdidas, inclemencias, ausencia de políticas públicas y falta de representación se combinan para que miles de familias trabajadoras de la industria más importante de Mendoza vivan literalmente en la indigencia.

Por Redacción EL OTRO | Fotos: Gentileza

Contratistas de viñas y frutales organizados cortaron de forma intermitente una ruta nacional para reclamar aumento salarial acorde a la inflación. La protesta no sólo apuntó a la patronal, sino también a los gobiernos de Nación y Provincia para que se los incluya en las ayudas económicas que se están otorgando por las pérdidas por contingencias climáticas, y a la representación gremial con personería (el Sindicato Único de Trabajadores Contratistas de Viñas y Frutas de Mendoza) para que lleve las necesidades laborales a la mesa paritaria.

La mensualidad de un trabajador contratista de viñas de Mendoza es de $35.000 en la actualidad. Es decir que les alcanza para cubrir sólo el 25% de la Canasta Básica Total ($132.635) o el 70% de la Canasta Básica Alimentaria ($52.218).

Los $35.000 por mes se calculan para un contrato de 10 hectáreas de vid o frutales, para el que se necesita el trabajo de más de una persona en las labores culturales de todo el año. Estos obreros acuerdan el pago de una mensualidad y el cobro de 18% de las ganancias de la producción anual.

Frente a este panorama, que envuelve a miles de familias trabajadoras viviendo en la indigencia desde hace varios años, frente a la falta de representación del sindicato y la ausencia de políticas públicas para el sector, un grupo de trabajadores y trabajadoras conformaron una asociación y comenzaron a realizar acciones para hacer visible lo velado.  Este es el origen de Pecum (Punto Estratégico de Contratistas Unidos de Mendoza), la asociación que encabezó el corte en la Ruta Nacional 7 y que hace dos semanas llevó el reclamo a la Subsecretaría de Trabajo y a Casa de Gobierno.

“Queremos que se conozca nuestro reclamo. Los contratistas estamos muy olvidados y lamentablemente no tenemos un gremio que nos represente. Estamos pidiendo $6.800 por hectárea, hoy se está pagando $3.500 por hectárea, lo que equivale a nuestra mensualidad, resumió Sonia Illanes, dirigenta de la Asociación Pecum, en diálogo con EL OTRO.

“Desde la asociación buscamos generar herramientas para ayudar a los compañeros, ahora estamos con las necesidades que se han generado con el tema de las inclemencias. Los programas de ayuda de la Provincia y de la Nación son para los patrones. Se habló que nos iban a pagar $35.000 en forma de ayuda, fuera de la mensualidad, pero ahora nos hemos enterado de que esa plata va a ir para el pago de mensualidades”, explicó la delegada.

En referencia a las negociaciones salariales, los contratistas nucleados en Pecum reclaman un aumento del 120% para poder alcanzar las subas de los precios de los alimentos y servicios de este año. Sin embargo, las negociaciones del sindicato están muy por debajo de las expectativas. Trascendidos señalan que el aumento que se está discutiendo para los próximos meses no superaría el 30%.

“Es increíble que el sindicato que nos tiene que representar se justifique diciendo que la situación del país está mal y que no se pueden exigir más aumento. Este fue el motivo de comenzar a manifestar”, sostuvo Illanes.

Frente a la difícil situación de las familias que trabajan en la vitivinicultura, las ganancias de la industria del vino, a pesar de los vaivenes del mercado y de la caída del consumo, se cuentan por millones. Según un informe del CEM (Consejo Empresario Mendocino) la venta de vino representó el principal producto en las exportaciones de 2021 de Mendoza, que alcanzaron 1.612 millones de dólares. “Las exportaciones locales se concentran en pocos productos y en pocos países-destino. El 65% corresponde a sólo cinco productos, siendo el vino fraccionado el más importante, con 708 millones de dólares en 2021 (44% de las exportaciones). Asimismo, el 52% de las ventas al exterior se explican por sólo tres productos de la industria vitivinícola”, sintetiza el mencionado estudio.

Si bien el sector exportador está compuesto por un grupo reducido, la realidad es que la industria en general origina grandes ganancias. A pesar de los remesones del mercado, la elaboración de vino se mantiene en la cumbre de la producción industrial manufacturera de la provincia y la vid sigue liderando el sector agropecuario. La elaboración de bebidas en Mendoza, cuyo principal producto es el vino, representa el 5,76% del Producto Bruto Geográfico.

“Si no son escuchados nuestros reclamos seguiremos con el plan de lucha”. La frase de la delegada de Pecum, además de advertencia para la patronal suena como mandato para los que, como ella y sus compañeros, no esperan otra solución que no sea la que puedan traccionar.

La situación de los trabajadores vitivinícolas contratistas es una parte muy importante de la dura realidad que sufre el universo de los obreros rurales. Son la principal fuerza productiva de un sector en manos de grandes empresarios que mueve la rueda de la economía, generando divisas y grandes ganancias. Frente a la extrema precarización, el silencio característico de esta inmensa mayoría parece comenzar a romperse y encontrar ecos en los sectores menos advertidos.

 

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