De mundial IV

Por Juan Pablo Barrera

Desde el domingo en algún momento del desayuno me encuentré mirando un punto fijo como cuando pensás y mirás a la nada. El otro día mi hija me dijo 2 veces “Paaa” así con la “a” alargada como para sacarme del trance. 

–           ¿Qué te pasó? ¿Te bugueaste? – Me dijo con una sonrisa-.

–           Estaba pensando.- le dije mientras me reía por la utilización del término que usa cuando los jueguitos del celular se cuelgan-

–          ¿Qué pensabas? ¿Alguna cábala? – Me dice sin tanta inocencia a pesar de sus 11 años-

O sea, mi hija ya sabe lo de las “costumbres” (diría Bilardo), me está “delirando” un poco pero yo no quiero contarle cómo se va agravando el tema, no quiero que se note, pero obviamente se nota.

–          Pensaba en un ruido que hacia el auto – Le mentí aunque es verdad que hace un sonido extraño.-

–          Ah, bueno. – Dijo no muy convencida y volvió a su medialuna.-

Cuando me quedo así mirando a la nada pienso una y otra vez en la atajada del “Dibu” en el minuto 97 del partido con Australia y me vuelve el alma al cuerpo de un partido que sentí controlado y ahí creo que la cagué, en relajarme. Yo había cumplido con las mis cábalas que no pienso nombrar pero me relajé durante el partido y casi que me sentí responsable de no estar haciendo mi parte. Lo racionalizo y me siento un boludo pero no lo puedo evitar. El ruido del auto ha sido una buena excusa ante la consulta alternativa, pero me preocupan otras cosas. Por ejemplo, el lunes me regalaron un 5 de copas, la carta que estaba tirada en la calle. Y no sé qué hacer, si guardarla ¿Cómo? ¿Dónde? que uso hacer de eso. Siento que si modifico algo con respecto al partido anterior estaría alterando partículas ínfimas del universo que podrían incidir en el resultado.   

Me he dado cuenta con el correr de los días, que a la atajada, le sumo la preocupación por Países Bajos la Holanda de antes, todavía me cuesta ese nuevo nombre, me acuerdo de Máxima y lo increíble que aún existan monarquías. Me pongo nervioso, sigo mirando un punto fijo en la pared, ya no solo en el desayuno sino que estos episodios de “bugueo” se repiten alternativamente mientras estoy desarrollando mentalmente la ingeniería necesaria para mantener la cábalas, acoplar las nuevas, no modificar ciertas condiciones, fluir con el universo y a su vez, ser un ser social que intenta andar por la vida sin estar atrapado en una cadena de costumbres.

Tengo momentos de lucidez, de racionalidad y de realidad pura. El calor es insoportable, un amigo me comenta de Lago Escondido, me enojo por como algunos son selectivos con los “enojos”, lo de la justicia actuando con un partido político, con proscripciones selectivas, aprieto los dientes y anoto en una libretita para futuras crónicas porque de golpe pienso que Brasil la está “canchereando” con sus bailes y es ahí donde que me sumerjo aún más en la ilusión, me hundo en la ingenuidad fantástica de creer en alegrías futboleras, elijo distraerme con este evento mundialista.   

Ya es viernes y en un ratito jugamos con Holan… Paises Bajos a esta altura mi ansiedad ya me ha cerrado el estómago, he imagino una y otra vez a Messi, ya no hablamos de posibles formaciones ni esquemas, todos esperamos que arranquen los 4tos de final que parecían muy lejanos después de Arabia. Yo ya estoy ocupado de las más de 10 cábalas para mantener cierto orden del universo, el ruido del auto sigue y debería llevarlo al mecánico, si todo se mantiene así, será después del 18 de diciembre.