Rodolfo Suarez, quien insistía en no contar con dinero para aumentos salariales, decidió “hacer un esfuerzo” metiendo la mano en el superávit para descomprimir así el largo conflicto que sostenía con 68 médicos y médicas anestesiólogos, que en abril pasado renunciaron a sus cargos debido a los bajos sueldos que percibían. El Ministerio de Salud y los anestesiólogos autoconvocados anunciaron un acuerdo de módulos quirúrgicos para comenzar a operar a más de 5000 personas. El convenio prevé extensiones horarias, aumentos por productividad, y el freno a las suspensiones de matrículas que el cornejismo pretendía aplicar a los profesionales desobedientes. La cesión de Suarez y el triunfo parcial de los médicos, abre para el Gobierno un riesgo cierto de endurecimiento en los reclamos sindicales, a un mes de la reapertura de paritarias.

Por Negro Nasif

A través de su cuenta de Twitter, el gobernador de Mendoza anunció en la siesta de ayer un acuerdo “con los médicos anestesiólogos, quienes se reincorporarán a los hospitales normalizando de esta manera las cirugías programadas”.

La auspiciosa noticia de Rodolfo Suarez fue explicada horas más tarde por la propia ministra de Salud, Ana María Nadal, quien dio una conferencia de prensa en Casa de Gobierno. La jefa de la cartera sanitaria destacó la permanente voluntad de diálogo de ambas partes, la institucionalidad para abordar el conflicto, y la responsabilidad del Estado y de los anestesiólogos autoconvocados para arribar a un acuerdo que priorice la salud de la gente. Consideraciones que darían por tierra la existencia de una supuesta “corporación criminal” de profesionales de la salud, que la misma funcionaria denunció públicamente en los últimos meses.

Ana María Nadal Foto: Coco Yañez

Según Nadal, el acuerdo comprende la creación de una sede formadora de nuevos especialistas en Anestesiología en el Hospital Schestakow de San Rafael, y la implementación de un plan de recuperación de cirugías, basado en la extensión de horarios de quirófanos y un modelo de pago de prestaciones por productividad. Sobre este último punto, la ministra detalló que se implementarán módulos de atención vespertinos para comenzar a recuperar la larga lista de cirugías postergadas en los hospitales públicos.

Roberto Coll Foto: Coco Yañez

Por su parte, Roberto Coll, quien formó parte de la conferencia de prensa en representación de los anestesiólogos autoconvocados, destacó que “se ha llegado a un arreglo en muy buenos términos” y que, a partir de una “una reingeniería del formato de trabajo en los hospitales”, se “optimizará el tiempo de trabajo en los quirófanos”.

¿De cuánta plata estamos hablando?

Foto: Coco Yañez

Productividad, optimización de tiempos y aumento de capacidad resolutiva, fueron algunas de las nebulosas expresiones que el Gobierno y los anestesiólogos utilizaron para no dar exactitud a las razones financieras que permitieron comenzar a destrabar el grave conflicto que afecta a más de 5000 mendocinas y mendocinos, que esperan intervenciones quirúrgicas desde hace meses.

A partir de la consulta con fuentes oficiales y médicos que participaron del proceso de negociaciones informales, EL OTRO pudo reconstruir aspectos básicos sobre la posible inversión comprometida por el Estado para avanzar en la recuperación de las cirugías.

Está claro que el Ejecutivo abandonó su discurso sobre la falta de dinero. El propio gobernador Suarez, que el pasado 25 de mayo había afirmado que “si pudiéramos pagar más, pagaríamos más”, se desdijo con hechos concretos, autorizando a la ministra Nadal a garantizar fondos suficientes para responder a una parte significativa de los reclamos de los 68 profesionales, que renunciaron a sus cargos a partir del 1 de abril.

Concretamente, los anestesiólogos propusieron y el Gobierno aceptó la conformación de módulos de cirugías matutinas y vespertinas, con significativos incrementos en el pago de prestaciones. Sobre los primeros, las fuentes consultadas por este diario se negaron a dar detalles acerca de los montos implicados, “hasta tanto no se firmen los acuerdos definitivos”. En cambio, respecto a los módulos quirúrgicos que se llevaran a cabo en horas de la tarde en los distintos nosocomios, Nadal difundió públicamente que se abonarán 22 mil pesos por cada cirugía. Suma que se dividirá entre cirujano, anestesiólogo y cirujano ayudante, por partes iguales -especificó la ministra- obviando en sus declaraciones al resto de las y los enfermeros, instrumentistas, camilleros, técnicos, etc. que conforman los equipos quirúrgicos.

Foto: Coco Yañez

Las estimaciones informales calculadas por este diario, que esperamos sean confirmadas con información oficial en los próximos días, darían un resultado financiero más que favorable para los anestesiólogos. Ingresos por encima de los acuerdos paritarios alcanzados en marzo último por los sindicatos estatales.

¿Qué cedieron los médicos? En principio, posponer hasta fines de julio el reclamo inicial de 100% de aumento en las prestaciones de guardia, para que esa reivindicación sea incluida en el anticipo de discusión paritaria que tendrá el Ejecutivo con los gremios del sector. Entre los que se encuentra la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros) que, según informó diario Los Andes, ya puso el grito en el cielo y denunció al Gobierno por acordar “con sectores individuales sin representatividad gremial, desconociendo el espíritu y la legitimidad del sindicato”.

Del fracaso del método Cornejo al alivio de Suarez

Foto: Coco Yañez

Mientras se desarrollan los acontecimientos, uno de los saldos políticos que va dejando el posible desenlace del largo conflicto es la pérdida de efectividad del rebenque Cornejo, cuando se topa con una resistencia sólida. En este caso, 68 trabajadores de la salud que en bloque se negaron a volver a sus puestos de trabajo durante casi tres meses.

Tal como señaló EL OTRO en sucesivas publicaciones, los alfiles políticos del exgobernador Alfredo Cornejo, que en diferentes ocasiones desplazaron del centro de la escena a la ministra Nadal y al subsecretario de Salud, Oscar Sagás, no hicieron más que boicotear con prepotencia cualquier posibilidad de acercamiento y diálogo entre los médicos y el Ejecutivo.

Andrés Lombardi, Ana María Nadal y Natasha Eisenchlas. Foto de archivo: Coco Yañez

Primero fue el diputado Andrés Lombardi y luego el gerente general de Fuesmen, Rodolfo Montero, quienes se mostraron completamente ineficientes para aplicar el viejo método cornejista, basado en pegar y subordinar para negociar. Ni uno ni otro pudieron avanzar un paso en la línea punitiva de sumarios y suspensiones de matrículas profesionales, que se publicitaron ampliamente en los medios afines bajo la forma de amenazas, aunque no se concretaron en una sola foja de expediente en el Consejo Deontológico.

De hecho, los avances hacia el acuerdo anunciado ayer fueron facilitados por la vuelta a la mesa de negociaciones de Roberto Campos, jefe de gabinete de Salud, quien mejoró sustancialmente el curso de las conversaciones, con una impronta mucho más democrática que Lombardi y Montero, según reconocen los propios anestesiólogos.

Rodolfo Montero, Rodolfo Suarez y Ana María Nadal. Foto: Gobierno de Mendoza

Sin evidenciar fisuras con su jefe político, una vez más el gobernador Suarez tomó distancia prudencial de la línea dura bajada por Cornejo, cediendo a las presiones de un conflicto que, sumado a la causa de las coimas del exsenador Bonarrico, están afectando significativamente su figura y gestión de gobierno, tal como revelan recientes encuestas de opinión encargadas por el oficialismo. Quizás el mandatario sintió el recuerdo de otras aguas hasta el cuello, como las crisis provocadas por la sanción de la Ley Cianuro, o el intento de reforma educativa del Borrador Thomas, circunstancias de tensión de las que se evadió volviendo por el camino de sus pasos.

Esto explicaría en buena medida la ansiedad de Suarez por informar a través de sus cuentas personales de redes sociales el deseado fin del conflicto en Anestesiología, que lo obligó a meter mano a los excedentes cosechados vía ajuste fiscal, encendiendo al mismo tiempo el riesgo cierto de que el resto de las y los trabajadores estatales exijan con razón el reparto del superávit sobre el cual está sentado, en un contexto de imparable pérdida de poder adquisitivo del salario.

Foto: Coco Yañez

Probablemente esté confiado el gobernador en que las organizaciones gremiales estatales, como el Sute, Ampros, Atsa o ATE, no tengan la misma capacidad o voluntad de presión que ejercieron las médicas y médicos que, no obstante ser un sector completamente minoritario, demostraron con este triunfo parcial la vieja eficacia de las medidas de acción directa, mediante un paro de actividades que sostuvieron durante casi tres meses.

 

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