EXCLUSIVO | El violento militante de Juntos por el Cambio, Carlos Daniel Crescitelli, encabezó la patota que agredió al stand de la Asamblea de Trabajadorxs de la Literatura, en la Feria Internacional del Libro de Mendoza. No es la primera vez que el seguidor de Patricia Bullrich atenta contra la libertad de expresión, amparado por la impunidad que le garantiza el oficialismo local. En agosto de 2020, Crescitelli amenazó a un reportero gráfico de EL OTRO, mientas este cubría una manifestación anticuarentena. El neofascismo avanza sin freno institucional.

INVESTIGACIÓN DE EL OTRO | Por Negro Nasif

Foto: Télam

La Asamblea de Trabajadorxs de la Literatura de Mendoza denunció que “un grupo de antiderechos e intolerantes” atacó el sábado pasado el stand de esa organización, durante el desarrollo de la Feria Internacional del Libro que se llevó a cabo en el Auditorio Ángel Bustelo de la Ciudad de Mendoza.

“Amenazaron con quemar libros y el stand, vomitarlos, diciendo que el feminismo debía morir y expresaron disconformidad con el contenido político, sobre Educación Sexual Integral y disidencias de las publicaciones”, detalló un comunicado difundido por la Asamblea, en conjunto con la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo, Ediciones IPS Karl Marx, Sombrero Azul Editorial, Fractura Ediciones, La Montaña Ediciones Socialistas, Venenosa Fanzine, Ediciones desde el Clítoris, Payana Libros y Samadi Ediciones.

Tal como quedó documentado en varios videos difundidos en las redes sociales este fin de semana, al menos cuatro agresores participaron del ataque al Stand N° 15 de la Feria. En los registros audiovisuales se pudo oír con claridad los insultos y descalificaciones e identificar, además, los rostros de los delincuentes. Sin embargo, como ya ocurrió en marzo de este año, ante el impune ataque a una muestra artística en el Rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo, ni el Estado ni los medios de comunicación hegemónicos indagaron sobre quiénes fueron los responsables de los hechos en el ámbito de actividades culturales oficiales.

Además de las imágenes que trascendieron, EL OTRO recabó otras fuentes para reconstruir qué pasó el sábado en la Feria del Libro, y quiénes son las personas que provocaron un nuevo ataque a la convivencia democrática en nuestra provincia. En el proceso de esta investigación periodística se pudo confirmar la identidad del puntero de las agresiones que, muy lejos de las supuestas indignaciones espontáneas y aisladas, fueron planificadas y ejecutadas para generar un nuevo episodio de temor, en un contexto de creciente avanzada del neofascismo.

Campaña del Sí se puede: Crescitelli junto al intendente de Capital, Ulpiano Suarez, durante un acto de Mauricio Macri en Mendoza | Foto: Facebook (2019)


 

Carlos Daniel Crescitelli fue uno de los más exaltados energúmenos. El mismo militante de la ultraderecha que, en agosto de 2020, agredió a Seba Heras, reportero gráfico de este diario, mientras cubría una marcha anticuarentena en la Ciudad de Mendoza. En aquella oportunidad, el patotero del Pro, junto a una turba envalentonada y amparada por agentes de policía, amenazaron a nuestro cronista y le impidieron continuar con su trabajo.

Este fin de semana, Crescitelli arremetió otra vez en banda, exhibiendo su habitual cobardía, impunidad y desprecio por la democracia, las organizaciones populares, los colectivos feministas y la comunidad LGBTIQ+. El martillero jubilado, conocido en el Poder Judicial por sus vínculos con llamada “liga” que controla las subastas públicas, hizo nuevamente su papel de indignado contra el ejercicio de la libertad de expresión. Insultó a escritores y escritoras, a sus editoriales independientes y consideró a sus libros, revistas y fanzines como “toda esta mierda”.

“No puede ser que acá vengan los niños y haya ese tipo de literatura”, gritó Crescistelli en uno de los pasillos de la Feria Internacional del Libro, y redobló su discurso de odio con un ridículo señalamiento: “es una vergüenza que el Gobierno permita la prostitución infantil”. Entre tanto, el resto de las personas de este grupo violento y organizado retiraron ejemplares de estanterías, con amenazas de sustraerlos o romperlos, y sumaron griterío a la pretensión de censura moralista.

“Están insultando a las familias”, “hay que respetar la ley natural”, “a los niños los educan los padres”, “esto es una tiranía”, repitieron los agitadores, cuyas identidades aún no han podido ser individualizadas por este diario, en el cruce de imágenes con información disponible en internet. Sí se pudo confirmar que al menos dos de los sujetos que acompañaron a Crescitelli el sábado, han compartido con él manifestaciones públicas contra el gobierno nacional en los últimos años. (ver foto abajo)

Viejos conocidos: Crescitelli y dos de los agresores que lo escoltaron el sábado en la Feria del Libro, en una manifestación en la Peatonal Sarmiento | Foto: Facebook (2023)


 

“Dentro del grupo también se destacó el grito de ‘cuando gane Milei esto se termina’”, señalaron desde la Asamblea de Trabajadorxs de la Literatura, y responsabilizaron a los funcionarios de Cultura y a las autoridades de la Feria, por la falta de respuesta inmediata ante las agresiones y la eventual concreción de nuevos hechos de violencia por quienes, previo a ser echados por el público que exigió que se fueran, amenazaron con volver en otro momento.

Recién este domingo, la ministra de Cultura y Turismo, Nora Vicario, repudió en su cuenta de X (ex Twitter), “todo acto de agravio y violencia que busque censurar la libertad de expresión y pensamiento, como el vivido ayer en la Feria del Libro, donde celebramos la pluralidad, la inclusión y la diversidad por los 40 años de Democracia”. Sin embargo, Vicario no informó acerca de las acciones judiciales que, en tanto funcionaria pública, está obligada a iniciar en contra de los violentos censores. Igualmente no habrá que poner demasiadas esperanzas en quien organizó, entre las actividades de cierre de la Feria del Libro del año pasado, la presentación de un libro del defensor de genocidas, Sergio Miranda, acompañado por el senador nacional -y actual gobernador electo- Alfredo Cornejo.

Alejandro Gullé, jefe de los fiscales mendocinos y amigo íntimo de Alfredo Cornejo. Foto de archivo: Coco Yañez

De acuerdo con las fuentes judiciales consultadas por EL OTRO, ningún miembro del Ministerio Público Fiscal, conducido por el procurador Alejandro Gullé, impulsó actuaciones de oficio frente a los delitos flagrantes y públicos. Tampoco la Policía se ocupó de individualizar a los agresores mediante la tecnología de reconocimiento facial que publicita el Ministerio de Seguridad de Mendoza.

Claro, debe mediar voluntad política para hacerlo y -ya se sabe- que cuando se trata de la acción pública contra los militantes oficialistas, la vara es muy distinta a la aplicada en la constante criminalización de la protesta social.

 


 

Perfil violento

Foto: Facebook | 9/7/2022

En los últimos años, Carlos Daniel Crescitelli ha sido muy activo en la calle y sobre todo en las redes sociales. A nivel provincial, es administrador del grupo oficialista Mendoza de Pie, una de las principales bases virtuales de las convocatoria a las marchas anticuarentena durante la pandemia de covid-19. A nivel nacional, el fanático macrista es miembro de numerosos grupos vinculados a Juntos por el Cambio, como el Ejército Nacional de Patriotas Argentinos, y de trolls que reivindican el fascismo, como Todos somos carapintadas, donde llegó a repostear comentarios del exjuez federal Otilio Romano, quien falleció purgando una condena a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.

Crescitelli y los legisladores del Pro Gustavo Cairo y Josefina Canale, promoviendo el negacionismo del pueblo originario mapuche.

 

 

 

 

Crescitelli con Hernán Lombardi y Luis Petri

 

 

 

 

Violentos e impunes contra la libertad de prensa

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