Las fotos de los últimos meses señalan que la situación laboral de Mendoza mejoró. Sin embargo, detrás de esta recuperación se encuentra una dura realidad que se multiplica en cifras cada vez mayores.

Por Redacción EL OTRO

Foto de archivo: Coco Yañez

El número de asalariados no registrados en el Gran Mendoza alcanzó una cifra récord en lo que va de 2022. Según mediciones de la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas), correspondientes al primer semestre de este año, 147.229 trabajadores mendocinos se encuentran en esta situación, lo que equivale al 43,6% del total de asalariados. Para superar esta cifra hay que ir al mismo periodo de 2004. En tanto, si tomamos las estadísticas de los últimos años, hay 48 mil trabajadores no registrados más que en 2012.

Por otro lado, en el principal conglomerado de la provincia hay 276.312 trabajadores independientes, de los cuales el 74% no está registrado. En total, en el Gran Mendoza, unas 351.000 personas no realizan aportes jubilatorios, no tienen mutual, ni sindicato que las ampare. El número de los ocupados independientes fue publicado recientemente por la DEIE en la Encuesta de Condiciones de Vida 2021.

Foto de archivo: Cristian Martínez

Otro de los aspectos principales que delatan las cifras oficiales es el deterioro de la calidad del empleo provincial. Entre 2019 y el primer trimestre de 2022, cuarentena y pandemia mediante, sólo creció el empleo informal. En este sector se crearon 33.000 puestos, en tanto en el sector formal, se registraron 5.500 empleos menos.

El crecimiento de la informalidad laboral es un problema que se agrava en todo el país. Según la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) entre abril y junio de este año, los asalariados sin descuentos jubilatorios alcanzaron el 37,8% de los trabajadores ocupados.

Foto de archivo: Coco Yañez

Las ramas laborales donde más crece el empleo informal según la DEIE, con datos elaborados en base a la EPH, son: servicio doméstico (81%), construcción (75%), comercio (58 %) y hoteles y restaurantes (57%). Estos porcentajes se deben medir con las cifras de ocupación por actividad, en nuestra provincia hay alrededor de 4.800 personas que se dedican al trabajo de casas particulares y más de 85.000 pertenecen al rubro comercio.

Las cifras reflejan, por un lado, el comportamiento del conjunto de empresarios que reclama medidas sectoriales y las consiguen, como la reducción impositiva (histórica caída del valor del Impuesto a los Ingresos Brutos de Mendoza), pero que no las hace retornar con puestos de trabajo. Y por el otro, la desatención de los principales gremios que integran la CGT (Confederación General del Trabajo), los cuales se ubican al margen de uno de los principales problemas en el mundo laboral de hoy: la informalidad como representación del deterioro sistémico del empleo.

Foto de archivo: Coco Yañez

En tanto, en el medio de los conflictos, de los intereses, de las cifras y del menosprecio de los sindicatos, están los individuos que componen esas planillas. Hombres y mujeres vedadas del reclamo, sin posibilidad de llevar a cabo acciones para negociar. Trabajadores que no conocen aguinaldo, ni paritarias y depositan toda expectativa en el próximo aumento del salario mínimo.

Ultima cifra. Un informe reciente del CETyD (Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo) da cuenta de las desigualdades en el mundo laboral: “el 45% de los asalariados no registrados vive en la pobreza, en cambio, entre los registrados, este porcentaje desciende al 18%”.

 

Barrios populares por el derecho a la vivienda y contra los desalojos

Recortar el gasto público, ¿para qué?