EXCLUSIVO | Controles de alcoholemia, realizados en Maipú en junio de 2021, prueban que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Dalmiro Garay, conducía su camioneta Toyota SW4 con 1.195 gramos de alcohol por litro de sangre. Una alta concentración etílica que puso en grave peligro la seguridad de las y los mendocinos. Si bien consta en ATM que pagó una multa, se desconoce si fue inhabilitado para conducir vehículos, tal como dispone el Código Contravencional. ¿Lo acompañaba un senador nacional del radicalismo?

INVESTIGACIÓN ESPECIAL DE EL OTRO
Texto: Negro Nasif

Actuación Policial | Subcomisaría Lunlunta Fuente: Poder Judicial de Mendoza

Durante la noche del sábado 5 de junio de 2021, en las inmediaciones de la calle Pescara y Ruta 60 de Russell, los agentes de Tránsito del Departamento de Maipú, Emanuel Magallanes y Cristian Zingariello detuvieron la marcha de una camioneta Toyota SW4 4×4 SRX 2.8, de color blanco, modelo 2020, conducida por el ministro de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Dalmiro Fabián Garay Cueli.

Los funcionario de Tránsito le realizaron al entonces –y actual- presidente del máximo tribunal de Justicia un test de alcoholemia, dando por primer resultado una concentración de 1.100 gramos de alcohol por litro de sangre, dato objetivo que quedó registrado en la medición oficial N° 3660. Minutos más tarde la contraprueba 3663 elevó la marca alcohólica de Garay a 1.195 g/l. Mucho más del doble del límite permitido en Mendoza (0,5 g/l), provincia que actualmente rechaza la legislación de alcohol cero.

Borrachera intensa

Foto ilustrativa: Mercado Libre | Vehículo similar al que conducía Garay: Toyota SW4 4×4 SRX 2.8 modelo 2020. Su precio actual de mercado oscila los U$S 46.000.

Conforme a los parámetros de la comunidad científica, particularmente la Organización Panamericana de la Salud, el juez Garay manejaba su camioneta en estado de “borrachera intensa”, lo que pudo generarle en el organismo, entre otros efectos, disminución de la actividad de diversas funciones cerebrales centrales, comportamiento incoherente al ejecutar tareas, pérdida de inhibiciones, de atención y estado de alerta; reflejos considerablemente más lentos, deterioro de la coordinación, el equilibrio y el movimiento; reducción de la capacidad de tomar decisiones racionales o de ejercer el discernimiento, aumento de la ansiedad y la depresión, reducción de la paciencia y articulación confusa de palabras.

Obviamente, la gravísima conducta irresponsable de Garay puso en serio riesgo a sí mismo y a terceros. Tal como señala el Ministerio de Salud de la Nación, “el alcohol está presente en al menos 1 de cada 4 siniestros viales con fallecidos”, siendo éste un factor determinante para dimensionar la primera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 35 años.

Llamen a la Policía

Foto de archivo: Seba Heras

La constatación de la grave intoxicación etílica, en nada más ni nada menos que un ministro de la Suprema Corte de Justicia, preocupó a los funcionarios de Tránsito, quienes, luego de consultar con superiores jerárquicos, resolvieron llamar a la Subcomisaría Lunlunta de la Policía de Mendoza, para “informar la novedad y esperar órdenes sobre cómo proceder”, según el testimonio aportado por una fuente reservada a EL OTRO.

De acuerdo con el acta policial a la que tuvo acceso este diario, los oficiales Fabián Yúdica, César Álvares y Pablo de la Reta se trasladaron en el móvil 3063 hasta el lugar donde se encontraba demorado el juez Garay y, una vez verificada la gravísima infracción, se comunicaron telefónicamente con la jueza Beatriz Fornies, titular del Juzgado de Paz y Contravencional de Maipú, “quien enterada de la novedad dispone que se labre acta y se proceda a la notificación formal del ciudadano por el artículo 67 bis de la Ley 9.099, y se remitan las actuaciones con las formalidades del caso a primera hora del día lunes 7 de junio de 2021”.

Imagen ilustrativa Foto: Gobierno de Mendoza

Finalmente se sumó al operativo una autoridad policial más. Alertado de la situación, el comisario Juan Rivero supervisó las actuaciones de sus subordinados y dispuso el traslado de la camioneta de Garay a la Subcomisaría de Lunlunta.

(Leé el acta policial completa aquí)

El Código por la culata

Foto de archivo: Gobierno de Mendoza

Dalmiro Garay es amigo íntimo y correligionario de Alfredo Cornejo desde hace años, vínculo estrecho que lo llevó a ocupar el Ministerio de Gobierno, la cartera política del Ejecutivo, desde el primer día del mandato de su jefe en diciembre de 2015.

Como una muestra explícita de la dependencia del Poder Judicial respecto del Ejecutivo, Cornejo impuso a su hombre de confianza para ocupar una vacante en la Corte, a la que llegó el 3 de julio de 2020, para ser catapultado sumariamente a la presidencia del máximo tribunal, cargo que todavía ostenta.

Foto de archivo: Cristian Martínez

Durante toda su gestión frente al Ministerio de Gobierno, Garay fue responsable de avalar y apoyar políticamente a su subordinado directo, Alejandro Jofré, el exsubsecretario de Trabajo, acusado de abusos sexuales contra trabajadoras de esa dependencia, lo que originó una causa penal recientemente elevada a juicio. Además, el exministro articuló la persecución sistemática de opositores políticos y sindicales, e impulsó las llamadas legislaciones de mano dura destinadas a criminalizar la pobreza y la protesta social.

En un boomerang de la historia, la mencionada jueza Fornies, que como se dijo intervino ante la noticia del magistrado en estado de ebriedad, le imputó a Garay la violación del artículo 67 bis del nefasto Código Contravencional, el caballito de batalla de Cornejo para endurecer sanciones contra los enemigos sociales, entre ellos “los conductores alcoholizados”, potenciales asesinos al volante.

Campaña de concientización durante la gestión Cornejo. Captura de video | Gobierno de Mendoza

Dicho artículo 67 bis señala que, quien condujere un vehículo con una alcoholemia igual o superior a un gramo por litro de sangre, será sancionado con una multa desde 4.000 hasta 9.000 Unidades Fijas, o arresto de hasta 30 días, e inhabilitación en todos los casos para conducir vehículos desde 90 días hasta un año.

EL OTRO corroboró en los registros online de la Administración Tributaria Mendoza que el ciudadano Dalmiro Fabián Garay Cueli (CUIL 20-22673471-7), titular de la camioneta Toyota dominio OAE355UI, pagó en junio del año pasado $198 mil en concepto de multa, conforme a la “Resolución C 532”. Sin embargo, no fue posible acceder al expediente judicial que nos permitiría informar a la población cuál fue el devenir de la causa contravencional y confirmar si, además de la multa que se le aplicó al imputado, Garay recibió y cumplió la inhabilitación para conducir vehículos establecida en el Código Contravencional o alguna otra penalidad.

¿Quién acompañaba a su señoría?

Foto de archivo: Coco Yañez

Frente a la gravedad del caso, y siguiendo elementales principios de periodismo profesional, EL OTRO intentó comunicarse con el juez Garay para conocer su versión de los hechos y reflexiones acerca de su peligroso ejemplo ciudadano, sobre todo si se tiene en cuenta el grado de responsabilidad institucional de la más alta autoridad de la degrada Justicia mendocina.

Además, este diario intentó preguntarle al presidente de la Suprema Corte de Justicia si alguna persona lo acompañaba al momento de conducir borracho, debido a que EL OTRO recibió testimonios extraoficiales que indicarían que un senador nacional por el radicalismo habría estado, la noche del 5 de junio, en la 4×4 del juez, aunque no constaría su identidad en las actuaciones policiales, ni tampoco en las fojas judiciales posteriores. Situación, que de comprobarse, agravaría todavía más el vergonzoso cuadro.

Poder Judicial de Mendoza Foto de archivo: Coco Yañez

Un periodista de este medio se comunicó el viernes pasado con Martín Ahumada, coordinador de Prensa del Poder Judicial de Mendoza, para solicitar una urgente entrevista con el juez Garay. Ahumada explicó que recién el lunes (por hoy) le consultaría al presidente de la Corte si está dispuesto a atender la requisitoria de un medio independiente.

Aguardamos -sin demasiada esperanza- que así sea.

 

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