Todo queda en algún lado

Por Juan Pablo Barrera | Foto: Seba Heras

Hace un año y medio, justo antes de la pandemia, mis hijas tuvieron varicela. Para hacer más llevadero el reposo el Ahora 12 permitió que tengan una tablet para las dos. A los días bajaron Spotify, yo generé mi cuenta hace apenas una semana. Me gusta, a veces, cantar mientras hago otras cosas o mientras me baño (todos cantamos bien bajo la ducha).

Estuve “paseando” por distintos géneros musicales y de golpe me aparece Serrat, ya dejo de pasear elijo en álbum “En directo” Y canto casi a los gritos bajo la ducha. El tema Mediterráneo me hace acordar a mi abuelo. Y mientras el modo aleatorio me tiraba distintas canciones  apareció el tema “Tu nombre me sabe a yerba”. Y ahí mismo me vi sentado en el living de mi casa cuando tenía 9, tal vez 10, quizás 11 años. Y mi mamá en un grabador de parlantes grandes y con el casette de en directo puesto, ella subiendo el volumen y llamando por teléfono a mi viejo que estaba trabajando para hacerle escuchar el tema con una sonrisa de estar haciendo toda una declaración. No se bien la historia de ese tema y ellos dos. ¿Si era la primera vez que ella se lo dedicaba o mi viejo se lo había dedicado antes? Sé que conocieron a Serrat en el Teatro el Círculo en Rosario cuando mi papá era bombonero.

La historia es que cada vez que escucho ese tema me lleva por un segundo a ese momento y, tal vez, como todo queda en algún lugar la música sea una gran conductora a esos lugares tan llenos de otros nosotros que hoy somos. Y hace que ese que soy escriba esto.

 

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