En nuestro ciclo de entrevistas con los candidatos y la candidata al Senado de la Nación, dialogamos con quien encabeza la lista del Frente de Todos. Compartimos una larga conversación con Anabel Fernández Sagasti para que conozcas cómo describe la realidad actual del país y de Mendoza, qué postura tiene sobre la deuda a nivel nacional y provincial, cuáles son los principales proyectos que presentará en el Congreso, su opinión acerca de la utilización de la pauta oficial en la provincia, la autocrítica del peronismo por el intento de derogación de la Ley 7722, y su análisis de rol actual de la dirigencia sindical mendocina.  

Entrevista: Negro Nasif | Fotos: Coco Yañez

¿Qué reflexión nos puede brindar respecto al contexto nacional, en momentos en que los datos parecen indicar que comenzamos a superar la pandemia? ¿Cuáles son las principales variables que de aquí en adelante serán claves?

Estamos saliendo. No es que lo diga yo, desde mi subjetividad, los datos indican que la actividad industrial se está poniendo de pie. En algunos sectores incluso, ya no en comparación con el 2020 ni con el 2019, sino con el 2018 cuando comenzó la crisis económica que estamos atravesando. Obviamente, no impacta por igual en toda la industria, hay algunos sectores como el automotriz que muestra un significativo repunte, y otros, como el turismo o la gastronómica que, con las posibilidades de la reapertura, están levantando vuelo.

En estos últimos dos meses hemos notado una reactivación muy importante, lo que nos indica que hay que seguir por este camino, profundizándolo, tranquilizando la economía como dice el ministro Martín Guzmán, y esperando que los precios sigan con la tendencia a la baja que, de a poquito, tenemos desde marzo de este año, y que prevemos corroborar en agosto. Sería una muy buena noticia.

Si contrasta la realidad nacional con la provincial, ¿qué diferencias destaca?

Principalmente que el gobierno nacional ha demostrado una actitud proactiva en cuanto a defender y promover el trabajo, la industria, el consumo. Vemos a los ministros y ministras recorriendo todo el país, desarrollando programas y políticas públicas en esa dirección, muy enfocados en la problemática del empleo joven, que es el sector donde más impacta el desempleo y es lo que más preocupa en este momento. Y dentro de la problemática del empleo joven, las mujeres y las disidencias son las más golpeadas.

En cambio acá en la provincia pasa lo contrario y lo venimos diciendo: ni siquiera en pandemia hubo una ayuda del gobierno provincial hacia los monotributistas, hacia las pymes, hacia los comerciantes, hacia la industria del turismo que fue tan golpeada. Eso se ve reflejado en los números de Mendoza, peores a los de la Nación. Es algo sobre lo que nos tenemos que poner de acuerdo entre los mendocinos y mendocinas para saber qué vamos a hacer, y qué necesitamos solicitarle a la Nación para reactivar nuestra economía.

La deuda pública es uno de los grandes desafíos que hay que afrontar. ¿Cree que se va a llegar a un acuerdo con el FMI?

En Mendoza tenemos una doble espada de Damocles. La deuda nacional y la deuda que nos dejó Alfredo Cornejo, y que renegoció en peores términos Rodolfo Suarez. Con la deuda nacional nosotros despejamos un problema muy importante que era la situación de los acreedores privados, ahorrando 37 mil millones de dólares, y ahora estamos negociando la deuda del FMI que es clave para la economía argentina.

El presidente siempre dice que no es nuestra prioridad la rapidez para alcanzar un acuerdo, sino que ese acuerdo sea cuidando los intereses de nuestro pueblo. El ministro Guzmán lo ha reiterado en distintas ocasiones, estamos tratando que el Fondo Monetario abra un nuevo programa para que nos den más plazo y contemplar una quita en los intereses, sobre todo los punitorios, que son lo que más castigan a nuestra economía.

En Mendoza enfrentamos compromisos financieros en dólares tomados por la administración de Cornejo que vencen este año. Esos dólares no los tiene la provincia y se supone que Suarez deberá acordar con el gobierno nacional para hacer frente a los pagos. Más allá de la posición confrontativa del presidente de la UCR hacia Alberto Fernández, ¿creé que el gobernador podrá construir negociaciones con el presidente para salvar esos compromisos, o vamos camino a un default?

Otro default. Porque recordemos que, por primera vez en la historia, el año pasado Mendoza cayó en default por la deuda tomada por Cornejo…

Al que se le sumó un default salarial, por la postergación de los pagos de aguinaldos estatales…

Exactamente, eso es peor. Es que una cosa lleva a la otra, están atadas. Yo discuto mucho eso, me dicen: “para qué hablar de deuda, si a la gente no le interesa”. Bueno, de ahí provienen gran parte de los problemas que tenemos en la provincia de Mendoza. Porque cuando hay que volcar más recursos para pagar más intereses de la deuda, y ojo que ni siquiera estamos hablando de capital sino de intereses, claramente la variable de ajuste, que es lo que plantea Cambia Mendoza, recae sobre los trabajadores y trabajadoras.

Lo veo a Cornejo decir que hay que tener menos empleados públicos. Bueno, los empleados públicos de Mendoza son el personal de salud, la policía, las y los trabajadores de la educación. Todo lo que engloba cierto ordenamiento social, donde hay mendocinos y mendocinas que nos cuidan, nos sanan, nos forman. Más en medio de una pandemia.

Entonces vemos que la deuda tiene que ver, porque es el principio para comprender por qué el Estado provincial no puede o no quiere que los salarios crezcan en términos reales en Mendoza. Y esto hay que hablarlo mucho con el sector privado. Si los empleados y empleadas públicas de la provincia no le ganan en salario real a la inflación, el consumo se deprime.

Preguntémosle a la Federación Económica de Mendoza qué pasa cuando los empleados del Estado no pueden consumir, cuando empiezan las clases y no pueden comprar zapatillas o los útiles para sus chicos. O salir a comer, a dispersarse. Eso repercute en el sector privado y hay que explicarlo, porque los eslóganes vacíos de contenido han llevado a la provincia a esta debacle.

¿Cuáles son las tres prioridades que piensa plantear en el Senado?

Creo que la agenda pública después de las elecciones debe ser la económica. Hay que resolver problemas estructurales de la Argentina, ese tiene que ser el objetivo de toda la dirigencia, y sin acuerdos eso no se puede lograr. Desde mi óptica como senadora por Mendoza, hay varias leyes que podríamos promover para apuntalar la economía, con la peor crisis de los últimos treinta años en la provincia.

El empleo es un tema sustancial. En primer lugar, creo que tenemos que enfocarnos mucho en la economía del conocimiento, acoplándola a la optimización de nuestras industrias tradicionales como la vitivinicultura, el turismo. Me reuní con el sector olivícola, que está muy golpeado desde hace muchos años. Hablamos de paquetes tecnológicos, de la creación de nodos en las diferentes provincias –porque las leyes tienen alcance nacional, más allá de que yo las promuevo pensando en Mendoza-, cercanos a las industrias o agroindustrias tradicionales, para aportarles el valor del conocimiento y así favorecer mayor competitividad y generación de más trabajo.

Por otro lado, a la ley de ganadería de zonas áridas la tenemos que readaptar. Estamos viendo muchas posibilidades de desarrollo en las zonas Sur y Este de la provincia para generar alimentos destinados al ganado y no tener que trasladarlo para su engorde a otros lugares del país. Es fundamental producir lo que consumimos. Hoy las mendocinas y mendocinos producimos solamente el 10% de la carne que comemos. Eso tiene que cambiar, y es un gran desafío para Mendoza.

También es clave un enfoque de fondo sobre la crisis hídrica. Desde hace muchos años insisto con un proyecto de ley que es una especie de programa dirigido a los pequeños y medianos productores, que son los que más necesitan apuntalar la eficiencia hídrica. Lo estamos trabajando con Adolfo Bermejo, nuestro candidato a diputado nacional, para readaptarlo a la actual crisis. Todavía Mendoza no ha logrado tomar las riendas para mejorar nuestro sistema de riego.

En EL OTRO hemos publicado varias investigaciones periodísticas sobre la utilización arbitraria de la pauta publicitaria provincial, resaltando que durante el último año del gobierno de Cornejo se gastaron más de 1.300 millones de pesos distribuidos entre muy pocos medios hegemónicos. Se lo pregunto, más como presidenta del principal partido de la oposición que como candidata al Senado: ¿El Justicialismo de Mendoza está pensando en propuestas concretas para democratizar la pauta?

Es una deuda pendiente de la república, ya que se habla tanto de república. Es una deuda de la democracia y de las instituciones de Mendoza, que tenemos que saldar con acuerdos y consensos. Debemos ir hacia una política de transparencia en el reparto de esa pauta oficial.

Me interesa resaltar un ejemplo: veía en las últimas semanas a los profesionales de la salud que se manifestaban, se movilizaban. Toda la ciudadanía de Mendoza conoce el conflicto que hay con el personal de Salud, en medio de una pandemia, hay que resaltarlo, porque siempre es grave que haya conflicto en el sistema sanitario, pero en pandemia se agudiza. Bueno, las trabajadoras y trabajadores tuvieron que movilizarse hasta el domicilio de dos medios importantes para que difundieran sus reclamos. ¿Qué nos pasó a los mendocinos y mendocinas para que un reclamo salarial y por mejores condiciones laborales no fuera a la Casa de Gobierno, no fuera a la Legislatura, sino a la puerta de medios de comunicación para que puedan ser visibles?

Esto es un síntoma que desde todos los partidos políticos debemos atender, para discutir la pauta oficial con la seriedad y valentía que requiere. Porque no hay que ser cínicos ni hipócritas, hay que ser valientes. Está tan patas para arriba la política en nuestro país que ser valiente significa ponerse de acuerdo, no pelearse.

El reparto discrecional de la pauta publicitaria al que nos tiene acostumbrados el gobierno de Cambia Mendoza es una deuda pendiente que tenemos que discutir sin eufemismos ni pasándonos de vueltas. Sino pensando en las instituciones. En Mendoza siempre estamos orgullosos de nuestras instituciones e, insisto, desde que gobierna Cambia Mendoza el nivel institucional ha decaído muchísimo.

El Frente de Izquierda ya presentó un proyecto de pauta en la Legislatura, ¿está la voluntad del Frente de Todos para discutir ese u otro proyecto en el corto plazo? 

Totalmente. Y por eso es tan importante el resultado de estas elecciones. Hay que ser claros: quienes pertenecen al campo popular o coinciden en la necesidad de estas reformas, saben que el peronismo es la única opción para incomodar al poder que hoy representa Alfredo Cornejo en Mendoza. Todos lo sabemos. Si llegamos a nivelar las bancas en la Legislatura y en los Concejos Deliberantes, claramente vamos a tener más fuerza para plantear este tema de la pauta, trabajar en la promoción del empleo, discutir cuáles son las obras que necesita Mendoza y también plantear un programa sustentable respecto a la deuda pública, para que no nos siga comiendo los recursos de los mendocinos y vayan a parar al pago de intereses que pactaron quienes están gobernando.

Lo que más nos han pedido nuestros lectores y lectoras en las redes sociales es que nos dé una clara definición sobre el futuro de la Ley 7722. ¿Para usted es un asunto absolutamente cerrado? ¿No se va a volver a tocar? ¿Qué mirada retrospectiva tiene sobre el conflicto de fines de 2019?

El último sábado fui a Tunuyán y, como me ha pasado muchas veces, había gente que me estaban esperando, con mucho respeto, para hacerme estas mismas preguntas. Porque muchos han sido votantes nuestros y me explican que se sintieron desilusionados por lo que pasó con la 7722 ese año. Y lo he dicho hasta el cansancio y lo repito: para mí, el estándar ambiental de Mendoza quedó totalmente claro en el año 2019 y es la ley 7722.

Nosotros debimos tener mayor humildad y escuchar a los diferentes sectores de la sociedad ocupados en este tema. Yo pido disculpas por eso, en nombre propio y ahora en nombre del peronismo, ya que en aquel momento no era la presidenta de nuestro partido.

Para nosotros, lo he hablado mucho con Adolfo Bermejo y coincidimos, es un tema cerrado: la 7722 es el estándar ambiental de la provincia de Mendoza y cualquier iniciativa, proyecto, planificación productiva o de generación de empleo debe pensarse desde ese estándar.

Hace muy poco en un acto de campaña usted dijo -se lo recuerdo textual- “Necesitamos menos Machos y más compañeros que trabajen para defender el salario real de la gente”, en alusión directa al secretario general de ATE Mendoza. Esta semana publicamos parte de una investigación en la que informamos sobre millonarios manejos espúreos de Roberto Macho en ese sindicato y la utilización de causas judiciales por parte del gobierno para disciplinar a las entidades gremiales. ¿Cómo ve a la dirigencia sindical mendocina?

Desde el gobierno nacional hay un mensaje muy claro al reabrir todas las paritarias, porque entendemos que es clave la recomposición salarial de todos los trabajadores. No solo por un tema económico para apuntalar el consumo, sino por un criterio de dignidad. Somos el partido de los trabajadores y trabajadoras, el Partido Justicialista.

Pero en la provincia de Mendoza, desde que gobierna Cambia Mendoza, hay dirigentes sindicales, y por supuesto que no generalizo, que vemos que no defienden el salario real de trabajadoras y trabajadores, ni sus condiciones laborales.

Cuando di ese discurso, junto al ministro Guzmán, felicité a los compañeros y compañeras que sí ponen el cuerpo, incluso bajo las amenazas de Cornejo y el gobierno provincial, cumpliendo su función de defensa de los trabajadores que representan. Otros, evidentemente, no lo han hecho y por eso hoy la provincia de Mendoza tiene uno de los salarios más bajos del país.

No es casualidad, es una decisión política y son malos acuerdos entre algunos dirigentes que, por lo que sea, han decidido relegar los intereses de los trabajadores y trabajadoras de nuestra provincia.

 

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