En nuestro ciclo de entrevistas con los candidatos al Senado de la Nación, dialogamos con quien encabeza la lista del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (FITU). Compartimos la extensa conversación con Lautaro Jiménez para que conozcas cómo describe la realidad actual del país y Mendoza, qué postura tiene sobre la deuda a nivel nacional y provincial, cuáles son los principales proyectos que presentará en el Congreso, su opinión sobre la pauta oficial en los gobiernos de Cornejo y Suarez, y cómo evalúa la gestión de una conducción de izquierda al frente del Sute.   

Entrevista: Negro Nasif | Fotos: Coco Yañez

¿Cómo caracterizan desde el FITU la realidad económica, política y social del país?

Ver la realidad desde Mendoza te ayuda a observar otros matices. Hay cosas que unifican la realidad nacional, como la crisis económica, ni hablar de la crisis sanitaria por la pandemia que se vive y se sufre en todo el país, y nos golpea fuerte con desocupación e inflación que sigue con una inercia que impacta sobre el salario, lo que hace que, aunque llegues a un acuerdo con las patronales, a los dos o tres meses estés otra vez corriendo porque no llegás a fin de mes.

Hay problemas que son comunes a todo el país y estamos en un camino difícil, porque esta negociación con el FMI, lejos de abrir una luz al final del túnel, trae incertidumbre y uno se pregunta qué va a pasar, qué está en juego, cómo se van a poder sortear esos problemas, los condicionamientos que quieren imponer y cuánto más se va a poder aguantar esta situación de inflación y desocupación, que no se sabe si es crónica o es creciente, lo que nos genera una realidad muy angustiante.

Después tenés matices, en la propia situación de los actores políticos y sociales, donde Mendoza tiene una particularidad distinta de lo que se puede ver en los medios de comunicación nacionales, donde todo aparenta ser más polarizado, con una derecha que trata de sacar los dientes para aprovecharse de la situación y un gobierno nacional que trata de defenderse. En Mendoza la derecha gobierna y mucha de la demagogia que hace a nivel nacional acá se cae como relato. Los vemos a ellos ellos mismos aplicando también medidas de ajuste, haciendo pactos que van en contra de las mayorías, no dando respuestas a reclamos que son muy justos, como los de la salud y la educación. En nuestra provincia no se da la polarización que sí se observa a nivel nacional. Acá se empiezan a ver sujetos nuevos que comienzan a tensar y a tratar de poner su propia agenda.

Creo que esta particularidad de la situación provincial tiene que ver con distintas cosas que se pueden asociar, por la cercanía, con lo que pasó en Chile y cómo impactó todo ese levantamiento en 2019, en Mendoza donde gobierna la derecha, en la experiencia que se hizo con el intento de voltear la Ley 7722. Una situación muy difícil de explicar, una gran anomalía. Recién habían sido las elecciones y se trató de mostrar que el consenso social era el acuerdo de los partidos mayoritarios, que si vos sumabas los votos eran más de un 80% de los electores y, sin embargo, cuando eso lo quisieron traducir en apoyo social se mostró que era totalmente contrario. Los votos no habían querido decir eso y, a pesar de los acuerdos y la modificación de la ley, tuvieron que dar marcha atrás en menos de una semana.

Se originó un proceso de movilización desde abajo muy novedoso, muy fuerte, que se demostró imparable. Eso creo que dio una lección a la gente, creó la idea de que, a lo mejor, ser oposición a las medidas del gobierno no era ser de derecha como pasaba en 2019, quedando identificado con el peronismo, sino que el pueblo en las calles tenía un rol que podía tener sus propios intereses y que podía facilitar que surgieran estas voces independientes.

Después tenemos otros ejemplos, como el que protagonizó la comunidad educativa cuando se intentó modificar la ley de educación en medio de la pandemia, y que originó un caravanazo que hizo que el gobierno retrocediera otra vez. También lo estamos viendo con la salud, y lo vimos en un sector que no se movilizaba desde los 70: las obreras y obreros vitivinícolas. Se unieron desde las viñas y las bodegas con una huelga. Intentaron dialogar cuando vino el presidente, cuando vino el gobernador en la Vendimia y no se los escuchó. Fueron a un paro donde demostraron la fuerza que tenían, y hoy aparecen en los diarios nacionales por haber logrado 57% de aumento, uno de los más altos del país.

Ustedes se autodefinen como “la izquierda” ¿Cómo enfocan a “la derecha” a nivel nacional? ¿Qué diferencias ven entre el gobierno de Mauricio Macri y el de Alberto Fernández?

Creo que en el gobierno de Macri se hizo un experimento, en el que los ceos de las grandes empresas y fuertes actores como el FMI gobernaron directamente. No había esta diferenciación, no se jugaba con la idea de que se va a negociar, era un gobierno directo del FMI, de los buitres, de los bonistas. Tenías a tipos que pasaban del JP Morgan al otro lado del mostrador, de la Shell a poner los precios de las tarifas.

Hoy tenemos un gobierno nacional que actúa como una mediación, que dice: nosotros representamos a los intereses de la Nación y desde los sectores populares nos apalancamos y vamos con eso a negociar, a intentar poner nuestra agenda y nuestro propio paradigma de gobierno. Lo que vemos es que este escenario es aprovechado por la derecha, porque al Gobierno Nacional se lo ve débil frente a los poderosos y fuerte con los sectores débiles, como sucedió en Guernica. Sin embargo, cuando las patronales agropecuarias dicen “a mí no me vas a poner un precio, no te voy a aceptar que me cierres las exportaciones de carne”, termina cediendo.

En campaña habían dicho que iban a elegir a los jubilados y no a los bancos y resulta que, en los ajustes que se hacen de las jubilaciones, se termina perdiendo poder adquisitivo y los bancos siguen teniendo comisiones altísimas. No es un gobierno directo, es un gobierno que se supone que tiene que ejercer el rol de negociación, el problema es cómo se hace. Por eso se ve una angustia muy grande en sectores muy amplios porque, si hasta ahora se ha venido cediendo tanto y hay una situación tan mala, ¿qué va a venir más adelante?

Desde el FIT identifican a la deuda como un problema central para el país. ¿Qué críticas tienen sobre la negociación? Y si no es negociación, ¿qué proponen?

Vamos a lo básico, discutamos qué es la deuda, es lo primero que vas a hacer cuando tenés una deuda con una empresa. Porque muchas veces te quieren cobrar cosas que no corresponden, las discutís, las peleas ¿Por qué estamos pagando la deuda del gobierno de Macri sin haber hecho una sola auditoría?

Voy directo a lo que nos ha pasado con la deuda de Mendoza. Hay muchos puntos en común, Mendoza se endeudó y es una de las más endeudadas del país. Nosotros pedimos a Fiscalía del Estado que se hiciera una investigación porque le debíamos al mismo banco que se había contratado para renegociarla, que es el Credit Suisse. Pedimos, lo mostramos, buscamos pruebas, tres meses estuvimos trabajando y Fiscalía de Estado decidió que, como había tenido aval legislativo, aunque tuviera cosas que había que investigar desde la ética pública, no podía ir en contra de una aprobación de deuda la Legislatura.

Me llama la atención que en los spots de campaña Anabel (Fernández Sagasti) plantee que ella ayudó a renegociar otra parte de la deuda, que es la que tenía Mendoza con el Banco Nación. Cuando vos ves los términos de la negociación querés que el FMI no se entere de esos términos, porque son peores que los que el Gobierno Nacional está peleando con el Fondo. Con la famosa sobretasa de interés, no solo no se tiene quita sino que, además, se paga una tasa de interés del 5%, cuando hay una pelea para que el FMI reduzca la sobretasa del 4% al 1%. No podés decir que le hiciste un favor a una provincia que está quebrada, cuando la deuda tiene 0% de quita y 0% de reducción de la tasa de interés.

Tradicionalmente la postura del FIT ha sido no paguemos la deuda. Hoy sería: ¿hay que revisarla para pagarla o para no pagarla?

Por el momento nadie está pagando, todo se está postergando, se están pidiendo prórrogas. Hoy por hoy para el FIT no hay que pagar un centavo y hay que llamar a una auditoría para poder discutir eso. Nosotros no queremos plantear el problema del pago de la deuda como una cuestión ideológica, queremos discutir el contenido en serio de la deuda. Si se hace una investigación seguro se va a conocer lo que legalmente se llama deuda odiosa, ilegal. En la causa Olmos, por ejemplo, se detectaron 700 maniobras fraudulentas.

Mendoza que es una de las que más se endeudó es una provincia que no tiene banco propio, y se da este problema de tener que negociar con el Banco Nación. Todo lo que acá se está negociando no es otra cosa que el capital financiero del Bono Aconcagua y bonos del Banco Mendoza que quebraron. Es necesario investigar semejante maniobra ilícita que privatizó la deuda que generaron los Jacques Matas, los Vilas, los Monetas.

Queremos que se investigue, porque no es un problema ideológico. Si se abren los libros se va a demostrar que no hubo un solo peso de esa deuda que haya ido a la ampliación del Hospital Central, a la ampliación del Hospital Notti, a la construcción de escuelas.

Mendoza fue la primera provincia en negociar con los bonistas internacionales. Se dejaron de pagar los aguinaldos pero, ni siquiera en medio de la pandemia, se dejó de pagarles a los acreedores internacionales.

¿Cuáles serán las líneas que llevará el Frente de Izquierda para debatir en el Congreso?

Esta campaña tiene una particularidad. Más allá de los proyectos que al FIT le parecen muy importantes, como la discusión de la deuda, es la primera vez que estamos llegando a una campaña electoral como parte de un movimiento de lucha y entendemos que no tenemos que separarnos de esa agenda sino empujarla.

Puedo tener mil ideas de cuál es el primer proyecto que quiero llevar al Congreso, pero tengo un compromiso con los trabajadores vitivinícolas de Mendoza, San Juan y Salta. Hace 8 años que está frenada la ley de jubilación anticipada a los 57 años para los obreros y las obreras que trabajan en las viñas. El primer compromiso es empujar esa ley para que este proyecto salga, porque ya tiene media sanción.

También impulsar la ley de residencias médicas que es algo que está paralizando la provincia, y es gente que estuvo en la primera línea. Se tiene que seguir, tanto en la Legislatura como en el Congreso, porque de los $50 mil que ganan las y los residentes, una parte lo paga la Provincia ($31mil) y otra parte la Nación ($19 mil). Es una discusión que hay que dar porque se los considera becarios, no profesionales, y eso hay que modificarlo.

Otro eje es en materia educativa. En todas las campañas electorales se ha venido discutiendo el boleto gratuito, Conectar Igualdad, hoy se tiene que dar una discusión definitiva, no puede ser una cuestión cautiva, sino una ley que salga definitivamente. Esta grieta entre presencialidad y virtualidad queda para el marketing electoral pero en lo concreto, cuando vos tenés que hacer virtualidad porque se volvió a una Fase 1, te encontrás con que los chicos no tienen equipos ni conectividad y, cuando volvés a la presencialidad, no tenés formas seguras, porque las aulas no están adaptadas, no podés hacer ventilación, no tenés los recursos.

Al FIT se le señala que tiene claridad en su posición legislativa pero que, a los efectos prácticos, se terminan retirando del recinto al momento de las votaciones o plantean votaciones testimoniales que sientan postura pero que no modifican nada. ¿Por qué es importante que el FIT esté en el Congreso? ¿Cómo se logra que las propuestas dejen de ser una consigna y se conviertan en leyes?

No lo vemos como cuestiones contrapuestas. Nuestra posición es construir una tercera fuerza consecuente, eso es lo que ha permitido que el Frente de Izquierda madure, se desarrolle, vaya ganando extensión nacional, reconocimiento, y no ser un globo de ensayo que explota a los dos minutos, como ocurrió con Protectora, o como sucedió con ensayos que tratan de ser tercera fuerza en Mendoza, como es ahora el Partido Verde, que es una bolsa de gatos de radicales resentidos, peronistas disconformes que ya saben que se van a dividir, van juntos en la boleta pero en distintos bloques, la senadora Blandini sigue estando en el bloque del PJ y ni siquiera hace el acting de separarse.

Por supuesto que la postura de FIT siempre va a estar aferrada a la coherencia, eso no quiere decir que en ese proceso se quiera ir conquistando derechos, y logrando las negociaciones que sean necesarias para ello. Creo que el FIT ha cumplido un rol muy importante. Cuando hubo que hacer una oposición a la propuesta de terminar con la 7722, fui informante por el despacho de minoría y se puede decir que ganamos, porque la ley de derogación es un despacho de un proyecto nuestro que salió por el empuje de una amplia mayoría.

En Mendoza, que sabemos que es muy conservadora, es muy difícil dar batallas que tengan que ver con cambios culturales. Cuando en 2009 empapelamos la provincia diciendo vamos por el aborto legal seguro y gratuito, nos trataron de locos, hubo persecuciones, amenazas, Noelia Barbeito ha tenido que hacer denuncias penales por la cantidad de amenazas de muerte que recibió. Sin embargo, cuando eso empalmó con un proyecto desde abajo se conquistó y fue ley. No es que le aprobaron un proyecto al FIT, sino que logramos empalmar y ser parte, y sumar un pequeño granito de arena a movimientos de ese tipo que van conquistando derechos. En el caso del sector vitivinícola, el aumento que se había acordado con las patronales iba entre en 30 y 36% y se terminó conquistando 57%, porque tuvo un apoyo importante desde abajo. Lo mismo va a pasar con la ley de jubilación, no va a ser por nosotros, el peronismo o los radicales, sino porque empalma con una fuerza y ahí es donde está nuestra apuesta.

No buscamos negociaciones que vayan en contra de la coherencia ni nos negamos a las negociaciones, queremos que se hagan con el apoyo y el empuje necesario de los trabajadores y trabajadoras para que se conviertan en derechos, porque es la única manera que salgan leyes de fondo. Cuando salen leyes que son favorables, las acompañamos, pero para ir a una ley de fondo hay tener una fuerza social.

Que los diputados cobren como una maestra, siempre nos van a decir que es un chiste, siempre se nos van a reír, pero en Chile se aprobó en tiempo récord la reducción de la dieta. Estamos acostumbrados a que nos diga que es imposible, pero sabemos que cuando la gente se pone de pie en cinco minutos lo van a estar aprobando. Yo puedo asegurar que la gente está muy cansada de que las dietas sigan aumentando. Me tomé el trabajo de hacer un cuadro, desde que nosotros empezamos a denunciar, y si ves la brecha de cómo subieron los salarios de un trabajador, de una maestra, y de los legisladores, es impresionante como es la curva. Cuando entramos a la Legislatura, las dietas estaban en $26 mil, hoy están en $230 mil, y en octubre van a llegar a $250 mil. Los sueldos docentes estaban en $7 mil, $9 mil y ahora están en $36 mil.

En los últimos años el gobierno de Mendoza ha destinado sumas multimillonarias para publicidad y propaganda en medios de comunicación aliados, cercenando el derecho a la información y la libertad de expresión. ¿Tienen algún proyecto de democratización de la pauta?

Soy autor de un proyecto de ley sobre el cupo para los medios comunitarios en la pauta, un aporte que pudimos hacer con la Red de Medios Comunitarios de Mendoza. Fue uno de los primeros proyectos que presenté cuando estuve en la Cámara de Diputados y es muy importante.

Creo firmemente en los medios de comunicación comunitarios y en la necesidad de que se democratice y se transparente el uso de la pauta, porque es uno de los lugares de corrupción más importantes que tiene la provincia de Mendoza en el uso de esos fondos, lo que evidencia cómo se silencian e invisibilizan a los sectores que pueden ser molestos para el gobierno.

Muchas veces el FIT planteó que era necesario darle una oportunidad a la Izquierda para demostrar que es capaz de gobernar. Sin embargo, en Mendoza tenemos un ejemplo de organización sindical muy relevante, el Sute, donde ustedes apoyaron a Sebastian Henríquez, y hoy vemos que la gestión del sindicato más importante de la provincia no ha sido para nada buena.

Tengo una visión distinta, creo que ha sido una gran experiencia y sostiene un enorme apoyo a pesar de tener que lidiar con crisis muy importantes, incluso con las propias denuncias que tuvo Sebastián, y se tomó una decisión muy acertada que fue separarlo preventivamente y, luego cuando la denuncia se rechazó, volvió a su lugar. Con lo que se demuestra que la conducción no era un caudillismo, sino que había muchos dirigentes capaces de ponerse el sindicato al hombro y sobrellevar esa situación, y haber sostenido una coherencia que fue clave para enfrentar las batallas más difíciles, como sostener la cláusula gatillo o enfrentar la ofensiva de la ley de educación

Si uno lo compara con los derechos que se fueron perdiendo anteriormente con la conducción de la (agrupación) Celeste, eran todas derrotas y terminó con la peor que fue la imposición del ítem aula. No solo no había plenarios ni asambleas sino que después del paro se desarticuló todo y no se pudo conducir con las manifestaciones más grandes que hubo en la historia del Sute, una lucha coherente contra una de las ofensivas de Cornejo.

No es que ganó el FURS (Frente de Unidad por la Recuperación del Sute) porque sí. Se llegó a una conducción histórica después de la conducción de la Celeste y de la (agrupación) Azul Naranja. Creo que el Sute ha logrado sobreponerse, ha logrado grandes conquistas, se logró hacer una gran manifestación en contra del ítem aula. Año tras año, el Sute ha logrado recuperar ese poder de movilización. Ahora hay prepararse porque las escuelas han pasado momentos muy difíciles.

Es decir que, para ustedes, ¿el Sute está mejor que hace cuatro años?¿Hacen una evaluación positiva sobre la gestión de Henríquez?

Sí, el Sute está cualitativamente mejor, de hecho se ha logrado poner en pie. Una investigadora mendocina, Gabriela Scodeller, ha publicado un trabajo en el que destaca que por primera vez, desde 1919, se recuperó el fondo de huelga, esta herramienta tan importante, que es lo que ha permitido sumar fuerzas para lograr volver a la herramienta principal del Sute que era el paro, lo que no va a ser fácil después de la imposición del ítem aula.

Hay muchas divisiones pero confío que, siendo el sindicato más grande y más amplio, ha sido muy bueno lograr unirse y dejar esas divisiones para  evitar una derrota histórica como podría haber sido la ley de educación. Hubo una ofensiva muy fuerte y se logró frenar.

Se acaba de aprobar en paritarias algo muy importante, es el primer sindicato del país que conquista las licencias por violencias de género en una paritaria.

Además hay que destacar que esta conducción no ha sido de una persona y que en los momentos más difíciles fueron las mujeres las que se pusieron al frente. Por eso merece que la conducción sea vista en un sentido más amplio y que las mujeres sean reconocidas por el rol que están cumpliendo. Nos han dado una lección. Si ha sido positivo no ha sido por una persona, por una agrupación, por una conducción, sino por una madurez en su conjunto. En momentos tan difíciles, si no hay unión de los trabajadores los sectores poderosos van a tratar de avanzar para llevarnos puesto como intentaron con la ley de educación

Esta respuesta nos obliga a repreguntar. En el pasado ustedes cuestionaban la división de la paritaria en salarial y no salarial, señalando que esta era una estrategia para debilitar los reclamos de las y los trabajadores. ¿Por qué ahora la aceptan?

Las paritarias se han discutido siempre en campos separados. Los docentes sabemos que las paritarias no salariales son tan o más importantes que las salariales. Decir que no hayan paritarias no salariales significa que en las decisiones de concursos y titularizaciones, la DGE tenga el monopolio del gobierno, y que no hayan discusiones sobre cosas básicas elementales, por ejemplo, cómo se contrata a un docente.

El hecho de que existan las paritarias no salariales es garantizar que existan discusiones que son tan o más importantes que los salarios. La mayoría de los sindicatos han pedido que se abran las paritarias no salariales. Nada haría más feliz a los radicales, que tienen una impronta autoritaria, que eliminar las paritarias no salariales.

Hay muchas cosas que se deben seguir discutiendo en las paritarias no salariales, esto no justifica que no estén abiertas las salariales. El Sute tiene que seguir sumando fuerza para que se abran, para que se reconozca su derecho, y se reconozca la cláusula gatillo.

 

SUTE: la revolución tendrá que esperar

Fractura expuesta en el SUTE